
Descripción de Resucitar en la carne 2s5hr
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Pues Feliz Pascua a todos, es el día más importante para los cristianos.
Aunque ningún político lo felicite, pero eso nos da igual, porque sigue siendo el día más importante para nosotros, el día en que Cristo venció a la muerte.
Un acontecimiento impresionante.
Ha habido gente que se ha muerto y que la han revivido, haciéndole el AR o dándole así calambres y ha vuelto, pero la resurrección de Cristo no es eso, sino que Cristo murió, murió, murió, que su alma se separó de su cuerpo.
Y al tercer día, algo sucedió, algo maravilloso e increíble, que el cuerpo de Cristo volvió a la vida, pero a una vida nueva, a una vida en la que ya no puede sufrir, no puede morir, aparece, desaparece, vive la misma vida de Dios, el cielo, el cielo en la tierra.
¿Qué es el cielo? El cielo es algo que no podemos describir.
A veces nos imaginamos el cielo como un sitio con nubes, con angelitos y no sé qué, muchas veces cuando éramos pequeños nos lo han enseñado así, y eso puede resultar a veces un poco infantil.
El cielo no lo podemos describir, es, dice San Pablo, lo que no puedes imaginar.
Algo tan maravilloso y tan grande que sueñes lo que sueñes con respecto del cielo y te quedarás corto, porque es mucho más grande lo que Dios tiene preparado.
Es esta vida multiplicada por infinito, sin muerte, sin dolor, sin llanto, sin sufrimiento, sin pérdida, sin aburrimiento, una vida plena, total y absoluta de felicidad, de comunión, una vida que es vida de verdad.
Como cuando uno dice, esto sí que es vida, esto sí que es vida, pues esa es la resurrección.
Y eso es lo que el Señor nos ha prometido a cada uno de nosotros.
Cristo ha resucitado el primero de entre los muertos, dice San Pablo.
Y como Cristo ha resucitado, creemos que también nosotros vamos a resucitar.
Fijaos que esto es un punto que es muy difícil de creer.
Hoy en día nos dice el catecismo de la Iglesia Católica que lo más difícil de creer para los cristianos y para los no cristianos es la resurrección de la carne.
Que es que cuando Cristo vuelva al final de los tiempos, no sabemos cuánto, en 2033, en 2527, en 4221, no lo sabemos, cuando vuelva Jesús, los muertos resucitarán igual que Él resucitó.
Y del polvo, de los huesos y de los restos que queden de nosotros, Dios formará un cuerpo y lo hará glorioso.
Un cuerpo para cada uno, el mismo pero transformado.
Un cuerpo en el que estaremos para siempre con Dios, que ya no podrá sufrir y que ya no podrá morir.
Y con razón dice la Iglesia que esto es difícil de creer, porque sabemos que cuando una persona fallece, su cuerpo vuelve a la tierra de la que fue tomado.
Y uno puede pensar, es imposible que de aquí Dios saque un cuerpo resucitado.
Además, por desgracia, tenemos en la mente las imágenes de los zombies.
Los zombies que son muertos vivientes y que salen ahí de la tierra.
Eso no es lo que Cristo va a hacer con nosotros, sino que es una resurrección.
Fijaos que los antiguos diferenciaban dos palabras, la revivificación, volver a estar vivo, y la resurrección, que es estar con ese cuerpo ya glorioso.
Y una vez yo rezando sobre esto, de la resurrección, de que un día resucitaremos, sentí algo importante.
Nosotros creemos que Dios ha creado todo de la nada.
Antes del tiempo no había nada, absolutamente nada.
Y Dios fue capaz de formar en un momento millones de galaxias, millones de estrellas y de planetas y de elementos químicos, de la nada.
Y en nuestro planeta, plantas, animales, al ser humano, con toda la belleza que tienen, de la nada.
Si Dios tuvo poder de crear todo de la nada, ¿cómo no va a tener poder de poder resucitar tu cuerpo? Aunque ya se haya desintegrado, no pasa nada.
Dios es más poderoso y no podemos poner límites al poder de Dios.
Pero es que además, esto es muy bonito, porque mirad que muchas veces pensamos, cuando pensamos cielo, la vida eterna, pensamos en el alma, como un alma que se va por ahí, y el alma es un poco, perdonad la comparación, como un fantasma, que va por ahí, un poco pululando.
Nosotros no somos fantasmas.
Algunos sí que son un poco fantasmas, pero en otro sentido.
Pero nosotros no somos fantasmas, nosotros somos personas.
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