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Pues como nos ha dicho la Madre María Jesús, este fin de semana, que es el Domingo del Buen Pastor, celebramos la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Fijaos que en el tiempo de la Pascua hemos tenido el Domingo de Resurrección, Cristo resucitado vivo que se aparece a los discípulos, el Domingo de la Divina Misericordia, en el que recordábamos la segunda aparición de Jesús resucitado, el tercer domingo en el que recordábamos la tercera aparición de Jesús resucitado. Luego está la última, la última aparición de Jesús resucitado, que ¿sabéis alguien cuándo es? La última aparición de Jesús resucitado. ¿Nadie? Hombre, Pentecostés no, es el Espíritu Santo.

Justo antes de Pentecostés, la Ascensión, cuando Jesús ascendió a los cielos, que fue 40 días después de la Resurrección. Durante esos 40 días, el Señor se fue apareciendo y hemos celebrado el primer domingo la primera vez, el segundo domingo la segunda vez, tercer domingo la tercera vez y luego hubo más veces, que no están explicadas, hasta la última, que fue en la Ascensión del Señor.

Entonces la Iglesia, en esos domingos que quedan hasta la Ascensión del Señor, nos va a hablar de, en el caso de este domingo, el Buen Pastor, Cristo como Buen Pastor, y el próximo domingo va a empezar lo que se llama el Discurso de Despedida, que es cuando Jesús se despide de los discípulos y les promete que les dará el Espíritu Santo, para luego ya celebrar el domingo de la Ascensión del Señor.

Entonces estamos en el tiempo de la Pascua, el tiempo de la Resurrección, de Cristo vivo, que está en medio de nosotros, y hoy la Iglesia nos lo presenta como Pastor. Es una imagen que ya aparecía en el Antiguo Testamento. Dios como Pastor de su Pueblo, Cristo como el Buen Pastor.

Fijaos que nosotros los cristianos, los católicos, muchas veces hay imágenes que tenemos en la cabeza, que tenemos en el corazón, pero que no las hemos pensado mucho. Por ejemplo, si Jesús es Pastor, ¿qué somos nosotros? Ovejas. Pero eso no nos deja muy buen lugar. ¿No lo habéis pensado nunca? Porque las ovejas, pues hay ovejas, hay cabritos, ¿no? Luego tenemos también machos cabríos que tienen otro nombre que no vamos a decir. Las ovejas que se dispersan por ahí, que son un poco, a ver, son un poco tontas las ovejas, porque lo vamos a negar, ¿no? Porque las ovejas son, pues eso, como un rebaño. ¿Y el rebaño dónde va? Pues ahí, donde va Vicente va la gente, ¿no? Donde va la gente va Vicente.

Pues así, vamos un poco, como que nos dejamos llevar. Enseñar al Señor nos está llamando ovejas a nosotros. Y eso no nos deja en muy buen lugar. Pero lo malo es que tiene razón, porque somos un poco, a veces, tenemos complejo de rebaño. Y el Señor lo sabe. Y es muy paciente con nosotros. Pero fijaos que pone el acento en algo muy importante, que habitualmente nos dejamos llevar. ¿Y por quién nos dejamos llevar? Por el primero que pasa. Por el primero que pasa.

En el Evangelio, no el que hemos escuchado hoy, pero en ese capítulo 10 de Juan, Jesús sí que dice que hay pastores asalariados, que no les importan las ovejas, que hay ladrones que entran por la tapia y roban las ovejas, el lobo que se come a las ovejas. No todos son buen pastor. Y por desgracia, hoy estamos en una sociedad en la que somos como un rebaño que nos dejamos llevar. ¿Por quién? Por el primero que pasa. Por el primer tonto con altavoz que pasa por ahí. Y eso lo podemos ver en las redes sociales. Los influencers, están ahí arrastrando a la gente como si fuesen, bueno, alguien, como si hubiesen conseguido algo en su vida o tuviesen un doctorado o algo que les hiciera ser una persona que merece la pena, quitando dos o tres excepciones en las que me incluyo, el resto falta.

O personas famosas. O políticos. Fijaos cómo somos nosotros, porque somos un poco rebaño también de cara como que buscamos un mesías. Estos días, por ejemplo, lo hemos visto con la muerte del Papa Francisco, que en paz esté, que ciertamente, claro que le echaremos de menos. Y con la elección de León XIV, que hemos estado todos pendientes de la elección del Papa. Lo cual es algo que es hermoso, es algo que nos hace católicos. Pero también a mí me ha llevado a dudar y a decir, oye, que es Cristo a quien tenemos que seguir.

Él es el buen pastor. Los demás pastores somos reflejo de Cristo en la medida en que reflejamos a Cristo. Y a veces escuchas personas que parece que piensan que el Papa León va a ser el salvador de la Iglesia. O que el Papa Francisco ha sido el salvador de la Iglesia.