Ha decidido perdonar b5832

Durante todo este tiempo de pascua el salmo más importante que cantamos es el 117. Date gracias al señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia que hemos dicho cantando en el salmo. Es eterna su misericordia, que es una de las cosas que estamos acostumbrados a escuchar, pero que quizá muchas veces no nos hemos parado a considerar. Esto de que la misericordia de Dios es eterna.

En primer lugar, que la misericordia de Dios es eterna significa que el señor está dispuesto siempre a perdonar. Y eso es una cosa que más o menos todos tenemos clara, que Dios siempre está dispuesto a perdonar. Es algo que hemos oído desde que éramos pequeños, en las iglesias, en la catequesis, en las misas, que Dios siempre nos perdona, que Dios siempre nos perdona. Pero el otro día yo quedé con una chica y su novio que está... bueno pues ella dice que sí, que hay cosas pues que de la iglesia que no está de acuerdo y que ella pues no se arrepiente.

Entonces pues que no se arrepiente y que por eso pues no se confiesa de esas cosas. Pero que le dijo un cura que da igual, porque un día Dios la perdona de todo aunque ella no se arrepienta y no pasa nada.

Y yo le dije hombre, no, el perdón no funciona así. El perdón funciona que tú te arrepientes de lo que has hecho mal, le pides perdón a la persona que les ha hecho daño y esa persona te perdona. Si no, no hay perdón. Incluso si tú me has ofendido y yo por dentro digo o siento que te perdono, por mucho que yo esté dispuesto a perdonar, por mucho que yo en mi interior ya te haya perdonado, hasta que tú no me pidas perdón, el perdón no se puede realizar. Porque el perdón se realiza en el momento en el que el otro te pide perdón.

Entonces claro, aquí ya empezamos a entender que la misericordia de Dios no significa que Dios es tonto, que Dios no se entera de nada, que Dios es como un viejo chocho al que le puedo yo así decir, si da igual, si no se entera, si da lo mismo. No, no, no. La misericordia, hablar de la misericordia eterna, de la divina misericordia de Dios, implica una cosa muy importante y es el pecado, porque para que Dios perdone todo tiene que haber algo que perdonar.

Y ese algo que Dios tiene que perdonar es el pecado, es el pecado. Es algo que es serio, es algo que es grave. Tan grave, tan grave, tan grave, que Dios ha tenido que morir para poder perdonarlo. O sea, imagináos lo grave que es para que Dios haya tenido que morir, como vemos en la cruda, como hemos celebrado estos días.

Ese es el primer punto. Algunas personas vienen a confesarse y dicen no, yo es que no tengo pecados.

Hombre, me resulta difícil creer que no tengas pecados.

A lo mejor lo que no tienes es conciencia de pecado.

O a lo mejor piensa que confesarse es irte al sacerdote y contarle por encima como excusa para que te dé la absolución.

Como gente que viene y dice yo me confieso de todo lo malo.

No, como que de todo lo malo. En concreto.

Dime de qué. Pero no porque a mí me interese, si me voy a olvidar.

Sino porque tú tienes que pedirle a Dios perdón por cosas concretas, no por todo en general.

Imagínate que un día te llega tu esposo y te dice te pido perdón por todo en general.

Pues hombre, no me vale. Tienes que pedirle perdón por cosas concretas.

¿Qué me has hecho? ¿Qué me has fallado? O peor todavía hay gente que llega y dice yo no tengo pecados.

Hombre, pues salvo alguna excepción rara, otra cosa será que a lo mejor tú te crees que hay cosas que haces que no son pecado pero son pecado.

Tú cuando te confiesas vas a pedir perdón por un pecado.

Y luego peor todavía hay gente que no se confiesa.

Eso ya es todavía peor porque ya ni siquiera siente que necesite la misericordia de Dios.

O gente que piensa que se puede confesar con Dios directamente, que eso no viene en la Biblia en ningún sitio.

Eso no aparece en ningún sitio de la Biblia. Eso de que yo no puedo confesar directamente con Dios, eso es un invento nuestro para evitarnos pasar vergüenza delante del cura.

Pero eso no viene en ningún sitio de la Biblia.

Sino viene lo que hemos oído hoy, que el Señor le dio poder de perdonar pecados a los apóstoles.

Por tanto, para poder entender la misericordia, primero tenemos que entender el pecado.

Reconocer ese pecado, arrepentirnos de ese pecado y pedir perdón por ese pecado.

Si no hacemos todo eso, la misericordia no significa nada.

Si no hacemos todo eso no entendemos lo que significa la misericordia.

Jesús dijo una vez en el Evangelio que a quien mucho se le perdona,