Ghosting en CX y5p2p

Hola, ¿qué tal? Soy Eva Guerrero y esto es Pasión CX, el espacio donde diseñamos experiencias y transformamos organizaciones.

Muchísimas gracias por acompañarnos.

El día de hoy vamos a hablar de un tema muy actual, muy incómodo y tristemente muy común.

¿Has oído hablar del ghosting? Seguro que sí, pero no solo en recitaciones amorosas.

Hoy te contaré cómo ese fantasma también aparece en el trabajo y en la experiencia de cliente.

Prepárate, porque este episodio puede hacerte reflexionar sobre cómo tratamos a los demás y cómo nos están tratando a nosotros.

¡Comenzamos! Empecemos por el principio.

El ghosting viene del inglés ghost, que significa fantasma.

Originalmente se usaba para hablar de personas que desaparecían en una relación sin dar explicación.

Un día están y al siguiente, ¡puff! Desaparecen sin decir nada.

Por arte de magia.

Pero el término se ha extendido a muchas otras áreas y hoy lo vemos claramente en el mundo laboral y también, por supuesto, en el trato con nuestros clientes.

Y la verdad es que todos en algún momento tenemos que ser honestos.

Hemos sido ghosteados y también hemos ghosteado.

¿Te ha pasado? Seguramente sí.

Pero vamos a ver cómo puede ser este tipo de ghosting en el mundo laboral.

Aquí hay dos protagonistas.

Los reclutadores y los candidatos.

Por un lado, el 77% de los empleadores han sido ghosteados por candidatos que no llegan a la entrevista o incluso que aceptan una oferta y luego desaparecen.

Pero también hay otro lado.

El 46% de los candidatos dice haber sido ghosteados por empresas.

Hacen entrevistas, envían pruebas, pasan filtros y nunca, nunca reciben una respuesta.

¿Te imaginas el nivel de frustración? ¿Te ha pasado? Fíjate que a una amiga la entrevistaron cinco veces.

¡Cinco! Hizo un estudio de caso, habló con el director general y luego silencio total.

Nunca más le dijeron nada.

Ni siquiera un gracias por participar.

Eso no solo habla mal de la empresa.

También mata cualquier posibilidad de recomendación o, por supuesto, de una reputación positiva.

Existen otros casos, por supuesto.

La empresa que cita a una persona a una entrevista final y, justamente como a mi amiga, nunca más se comunica con ella.

O aquel candidato que acepta una oferta pero nunca firma el contrato ni responde llamadas o mensajes.

Y hay veces que decimos, es generacional, esto no pasaba, esto seguramente son las nuevas generaciones porque esto no sucedía antes.

O una vacante que es publicada, se reciben más de 200 currículums, pero nunca se da a ninguno.

Semanas después, la misma vacante sigue vigente.

Y entonces es cuando vemos que este tipo de comportamientos mina completamente la reputación, tanto de empleadores como de postulantes.

Y en plena era digital, donde todo se comparte y se comenta, no dar seguimiento es casi tan dañino como dar una mala noticia.

Desafortunadamente, son situaciones cada vez más comunes.

Que yo estoy segura que si tú formas parte del equipo de talento, de recursos humanos, eres un reclutador o hasta dentro de las mismas plataformas como LinkedIn, puedes estar viviendo este tipo de situaciones.

Coméntame aquí en las redes sociales si te ha pasado algo similar, si has vivido algo similar.

¿Y sabes qué es lo más triste? Que efectivamente se daña la reputación tanto de empleadores como de postulantes, pero no hay ninguna acción al respecto.

No existe ningún buró donde estén registradas estas malas, malos comportamientos.

Pero ahora hablemos del otro tipo de comportamientos.