
Descripción de La Cofradía del Santo Sepulcro 6k46j
Hoy conocemos la historia de la Cofradía del Santo Sepulcro, depositaria del acto más emblemático de nuestras celebraciones pasionistas: el Sermón de las Siete Palabras y acto del Descendimiento. 5x2u32
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De pregones y trompetas, un espacio semanal sobre los orígenes de la Semana Santa de Doña Mencía con Antonio Cantero en Onda Mencía Radio.
Terminamos prácticamente ya la cuarema y vamos con la última edición, el último programa de este año de de pregones y trompetas. Antonio Cantero, muy buena.
Un saludo a todos los oyentes de Onda Mencía. Hoy, como bien has dicho tú, en nuestro último programa, ya en la cuarta de la llegada de Semana Santa, el Domingo de Ramos, y vamos a hablar sobre la historia de la cofradía del santo sepulcro, su acta más destacable, que es depositaria del acto más emblemático de nuestra celebración espacionista, como es el sermón de las siete palabras y acto del descendimiento.
Pero vamos a empezar por el principio. ¿Cuándo se fundó esta cofradía, la cofradía del santo sepulcro? El proceso de creación de la cofradía en Doña Mencía fue similar a la de las otras localidades del Obispado de Córdoba, en cuanto se refiere a cofradías penitenciales, con las vocaciones de la Vera Cruz a mediados del siglo XVI, santo sepulcro o soledad de Nuestra Señora en el último tercio del siglo XVI, y Jesús Nacerno a finales del siglo XVI o comienzos del XVII, como fue lo que ocurrió en nuestro pueblo.
Sin embargo, debemos tener muy presente que por la singularidad de nuestra parroquia, al estar a cargo de los hijos de Santo Domingo de Guzmán, la primera cofradía penitencial en fundarse fue la del santo sepulcro, en lugar de la Vera Cruz, que fue la práctica totalidad del territorio diocesano a instancia de los franciscanos. Ante este hecho, o sea, que los franciscanos fundaran la cofradía de la Vera Cruz, que fue lo que sucedió, por ejemplo, en la Rambla o Baena, los domínicos, en lugar de crear una nueva cofradía penitencial, aprovecharon la existencia de otra demanda que ya existía anteriormente, aunque no tenía un título pasionista o nombre relativo a la pasión de Cristo, pero que estaba muy vinculada con la orden de predicadoras.
Me estoy refiriendo a la del dulce nombre de Jesús, a fin de que realizara la estación de penitencia en la noche del Viernes Santo con la imagen del Cristo yacente, acompañado de una imagen mariana con la vocación de soledad de nuestro Señor. De lo que estás diciendo, Antonio, parece que hay una competencia entre las órdenes religiosas en fundar cofradía. ¿Qué es lo que explica el interés de los frailes en crearla, en crear cofradía? Bueno, pues, debemos tener muy presente que en el período histórico conocido como Edad Moderna, que como hemos dicho en otra ocasión, abarca desde el descubrimiento de América en 1492 hasta el primer tercio del siglo XIX, razones de carácter económico justifican que una parte de los eclesiásticos fomenten al máximo todo tipo de manifestaciones de religiosidad popular.
Pero fue mucho mayor su impulso por los componentes de la orden religiosa, es decir, por los frailes, que por el clero secular, que eran los sacerdotes adquiridos a las parroquias, que estaban desmotivados en su impulso y participación. Esta actitud era consecuencia de la seguridad económica que le ofrecían a los curas, a los párrocos, los recursos económicos más que suficientes provenientes de los diezmos, así como la renta de los bienes de su propiedad. Frente a la situación esa que hemos descrito, pues, desde las iglesias conventuales, también en las ermitas, se promovió la fundación de Cofradía, fomentando el fervor religioso a determinadas vocaciones que tenían fuerte reigambre local. De esta manera, se vincula el mayor número posible de vecinos a estos templos, con los que sostienen recursos económicos más que suficientes para soportar los gastos económicos derivados del mantenimiento de esos edificios.
Como sabemos, en nuestra localidad serían los reyes dominicos quienes poseían la parroquia, que por privilegios pontificios, concebido en su día por Martín V en varias bulas, dadas en 1419 y 1421, los reyes recogían los diezmos en lugar de percibirlo el obispado. Entonces, pues bueno, eran los reyes los que tenían recursos económicos más que suficientes. Sin embargo, aunque tenían solvencia económica, fomentaron aquellas devociones con las que estaban más vinculados, como sería el caso del dulce nombre de Jesús. Y precisamente del dulce nombre de Jesús, de su devoción, ¿qué nos podría decir? Porque hoy no está presente aquí en Doña Mencía. Hoy, por la larga historia de esta devoción, pues no está presente. Pero vamos un poco a intentar explicarlo. El vínculo entre los nobles
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