La ignorancia 3m5b5b

Amén. Muy buenos días, ¿cómo están? Gracias a Dios que nos permití estar en esta mañana reunidos nuevamente para poder escuchar la Palabra de Dios.

Antes de comenzar, recuerden poner su teléfono en modo avión, modo vibrador, si no lo han puesto, para que no haya interrupciones.

Y no se duerman. Si ven que uno se está durmiendo, pellizcan.

Si ven que yo me duermo, me pellizcan, ¿eh? Antes de comenzar, acompáñenme a hacer una oración.

Señor bendito Padre nuestro, te agradecemos por este nuevo día que nos das, Señor.

Gracias por esta mañana que nos das, porque nos has permitido tomar estos cantos, Señor.

Soy partícipe de la cena, la ofrenda, Señor.

Y ahora nos permite escuchar un poco de Tu Palabra, Señor.

Ayúdanos a que este mensaje entre nuestras mentes, en nuestros corazones, Señor, y podamos aprender de Ti cada día, Señor.

Te agradecemos por este día que nos das, en esta mañana, Señor, y que nos guardes.

En el nombre de Jesús. Amén.

Muy buenos días. El día de hoy vamos a hablar sobre la ignorancia.

Para empezar tenemos que... el concepto de ignorancia. ¿Qué es ignorancia? No sé, dicen por ahí, ¿no? No sé.

La ignorancia es un concepto que indica la falta de saber o conocimiento o experiencia, y tiene un curso común en ámbitos filosófico, pedagógico y jurídico.

De manera general es la falta de conocimiento sobre algún tema.

Todos somos ignorantes en algún tema, en algún punto, ¿no? No todos sabemos hacer todo, ¿no? Yo no sé cómo armar un motor de un carro, por ejemplo, ¿no? Cómo pilotear una nave espacial, un cohete.

O miles de cosas que no sabemos realizar, no sé realizar.

Incluso algunos que ignoramos que existan, ¿no? A veces escuchas hablar de algún tema, alguna carrera universitaria y...

¿eso de qué es, no? No sabía que existía esa cosa.

Esta ignorancia es de parte de condición humana.

Y en muchos casos se puede superar mediante el aprendizaje, mediante la experiencia.

No sabemos, como mencionaba, ¿no?, armar un motor de un carro.

Pero si aprendemos, si estudiamos, si lo practicamos, podemos llegar a superar esa ignorancia en el tema que se tenía.

No sabías, lo aprendes, lo desarrollas y ahora lo sabes, ya no.

Ya no ignoras cómo se arma un motor de un carro.

La ignorancia no se trata de no saber algo, sino de elegir no saberlo, no querer aprenderlo, ignorarlo.

Como mencionaba, no sé armar un motor de un carro, pero puedo aprender.

Podría dejar de ser ignorante en ese aspecto, de ignorar cómo se arma un motor de un carro, cómo funciona alguna cosa o aprender algo.

Y en la Biblia, bueno, en la Palabra de Dios también podemos llegar a ignorar algunas cosas.

Pero de la misma manera podemos aprender y dejar de ser ignorantes en ese aspecto, en ese tema.

Como decía, la ignorancia es la falta de conocimiento de algún tema, la falta de experiencia.

Y en la Biblia también podemos ver esa falta de conocimiento, esa falta de experiencia que puede llevar a las personas por caminos equivocados.

Reflexionaremos hoy sobre las consecuencias de la ignorancia espiritual y cómo podemos buscar la sabiduría divina.

Como primer punto, la ignorancia nos aleja de Dios.

En la Biblia se nos advierte sobre los peligros de la ignorancia en la relación con Dios y su verdad.

Oseas 4.6 nos dice, Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento.

Por cuanto desechaste conocimiento, yo te echaré del sacerdocio.

Y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.

Por falta de conocimiento, dice, mi pueblo fue destruido por falta de conocimiento.

Repito el concepto de ignorancia.

Indica la falta de saber o conocimiento o experiencia y tiene un curso común en los ámbitos filosófico, pedagógico y jurídico.

De manera general, falta de conocimiento en algún tema.

La ignorancia se nos presenta como la falta de conocimiento, la falta de información.

Pero también puede ser un rechazo a querer aprenderlo.

Puede, como mencionaba, no sabes hacer algo pero no puedes aprender.

Pero a veces no sabes hacerlo y no lo quieres aprender.

Lo rechazas, es un rechazo activo a no querer aprender.