Hechos 26, Por poco ¡No basta! 342r5n

Buenos días, ¿cómo están? Bien, bien, qué bueno, me da gusto verles nuevamente ver sus caras sonrientes a ver hasta qué tan sonrientes traen su cara hoy unos más, otros menos, pero todos contentos con las bendiciones que el Señor nos da, porque son muchas las bendiciones de Dios, dice la Biblia, que son nuevas cada mañana a las misericordias del Señor cada mañana es una oportunidad que el Señor nos regala de alabarle, de glorificarle, y cada primer día de la semana que nos juntamos para alabarle, debe ser un motivo de alegría, un motivo de gozo porque el Señor está con nosotros pónganse de pie, vamos a hacer una oración, vamos a pedirle a Dios que nos dé entendimiento, sabiduría y que podamos poner en práctica lo que aprendemos Señor bendito, muchas gracias porque eres muy bueno con nosotros muchas gracias porque nos amas, nos cuidas, nos das tu misericordia cada mañana, gracias, bendícenos en esta mañana que aprendamos de ti un poco más y que decidamos obedecerte para estar contigo en el cielo, Señor ayúdanos por favor a practicar lo que aprendemos gracias por los que estamos aquí presentes, aquellos que no pudieron venir el día de hoy por algún motivo especial, te rogamos que les bendigas por los hermanos que nos acompañan a través de internet, también bendíceles y cuídales a todos gracias en el nombre de Jesús, amén.

La ocasión anterior revisamos el capítulo 25 del Libro de los Hechos, ¿se acuerdan? y nos centramos en un versículo en el que Pablo decía, ni contra la ley de los judíos, ni contra el templo, ni contra el César he pecado. Hicimos una reflexión en cada uno de estos puntos, no he pecado contra la ley de los judíos contra el templo, ni contra César.

Ojalá que nosotros sigamos el ejemplo de Pablo y mantengamos limpia nuestra conciencia. Hay un versículo que yo creo que está muy bonito, allá en Tito, capítulo 2, versículos 16 al 8, no lo busquen, se los voy a leer, dice así Exhorta así mismo a los jóvenes a que sean prudentes. Está el apóstol Pablo dándole instrucciones a Tito y le dice a tal grupo, diles esto a estos otros y así.

Y entonces llega al versículo 6, dice, exhorta a los más jóvenes a que sean prudentes versículo 7, presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras. O sea, le dice tú, exhorta a los demás a las ancianas aquí, pero tú ponte como ejemplo, presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras, en la enseñanza, mostrando integridad, seriedad palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence y no tenga nada malo que decir de vosotros.

Y ahí es donde está el ejemplo del cristiano. Cuando tú eres un cristiano fiel vas a poder decir como Pablo, ni contra la ley de los judíos, ni contra el templo, ni contra César y pecado. ¿Por qué? Porque te has presentado a ti como ejemplo y dice, de modo que el adversario, o sea, Satanás, se avergüence que no tenga nada malo que decir de nosotros.

Satanás nos quiere acusar delante de Dios, ahí está, no, que es muy cristiano míralo, ahí está haciendo esto. Que el diablo se avergüence que no tenga nada malo que decir de nosotros. Esa debe ser la meta de nosotros como cristianos. Ya estamos a mediados de año ya no queda como propósito de año nuevo, pero puede ser un propósito de vida nueva, que seamos íntegros en todo que seamos personas que hacen la voluntad de Dios siempre. Eso sería algo muy bueno.

En tu casa, en el trabajo, con la familia, en el pueblo, en la escuela, en el estadio, donde quiera que vayamos debemos de ser siempre buen ejemplo, como Jesús nos los pide ser que seamos la sal y la luz de este mundo.

El día de hoy vamos a continuar con el capítulo 26 del Libro de los Hechos. Busquen Hechos capítulo 26.

Hechos capítulo 26. Antes de eso quiero contarles una historia de un libro que leí hace muchos años. Se llama Pedro Páramo. Quizá alguno de ustedes ha leído a Pedro Páramo de Juan Rulfo.

Es un libro a veces un poquito complicado de leer.

Yo lo he leído varias veces.