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NO TE QUEDARÁS ATRÁS
T4.13. Reflexiones personales

T4.13. Reflexiones personales 5n366v

12/2/2025 · 05:49
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NO TE QUEDARÁS ATRÁS

Descripción de T4.13. Reflexiones personales 1b684a

Esta semana hago una reflexión sobre la mala baba de muchos. Nos encanta criticar a los demás, pero… ¿nos miramos al espejo de vez en cuando?. Estos días me he descubierto convertida en el Tom Hanks cascarrabias de “A Man Called Otto” y no me importa. Estoy cansada. Cansada de ver cómo las plazas reservadas para personas con discapacidad se ocupan por "solo un momentito". Cansada de los que creen que la montaña es un parque temático sin normas. Cansada del "yo primero" y del "da igual, no es para tanto”. El incivismo está en todas partes. Por cierto, celebramos cambios en la ley de dependencia y discapacidad, pero sin financiación real ¡seguiremos igual!. *Me podéis seguir en: -Web: https://lolaariasramiro.com / https://notequedarasatras.com -Instagram: @lola_arias_ramiro y @notequedarasatras -Facebook: https://www.facebook.com/lolaariasramiro -Linkedin:https://www.linkedin.com/in/lolaariasramiro q6c1a

Lee el podcast de T4.13. Reflexiones personales

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Hola, me llamo Lola Arias y hoy, como cualquier otro día, no nos quedaremos atrás.
Muy buenos días, tardes o noches a quienes me estáis escuchando.
Esta semana os dejo otro episodio de reflexión sobre la mala baba de la gente.
Nos encanta comentar, opinar y criticar lo que otros hacen o dicen, pero qué poco nos
miramos en el espejo, qué poco nos cuestionamos si en nuestro día a día no estamos haciendo
exactamente lo que nos molesta de los demás.
Hace unos días creo que me convertí en el personaje de Tom Hanks en la película A Man
Called Otto.
Ya sabéis, ese vecino cascarrabias que vigila que todo el mundo cumpla las normas, que el
vecindario esté limpio, que se respete el aparcamiento y la seguridad.
A simple vista parece un tipo insoportable, un gruñón sin habilidades sociales que disfruta
fastidiando al prójimo.
Pero a medida que avanza la historia se van desvelando los motivos de su actitud y casi,
sin darte cuenta, terminas empatizando con él hasta el punto de que te entran ganas
de abrazarlo.
Pues bien, el primer Tom Hanks de la película me representa.
Estoy harta, harta de la falta de civismo, de la desconsideración absoluta con la que
nos movemos por la sociedad.
Estoy cansada de que nos ocupen las plazas reservadas para personas con discapacidad
en la estación de esquí, en los centros comerciales e incluso en los centros de atención
temprana.
¿Qué clase de egoísmo hay que tener para no mirar un cartel de dos metros y medio o
el suelo azul pintado y decidir que no va contigo?
¡Ay, es que no lo vi!
Claro, porque el cartel es diminuto y está camuflado con tecnología militar.
¡Ay, es que solo era un momento!
Ah, bueno, claro, si es solo un momento, la discapacidad de los demás desaparece por
arte de magia durante esos segundos de tu conveniencia.
Y ya que estamos, hablemos de los que creen que la montaña es un parque temático sin
normas.
La montaña es de todos, te dicen con suficiencia, mientras colocan a su bebé y su trineo en
medio de una pista de esquí como si estuvieran en su jardín privado.
No, no es de todos, quizá si estuvieras en mitad del monte en plena naturaleza salvaje
podrías soltar esa frase con fundamento, pero resulta que estamos en una estación
de esquí, de gestión privada, en un espacio regulado, con normas claras para evitar accidentes.
Pero no, tú eres más lista que todos, tú que decides ignorar los carteles, las delimitaciones,
las advertencias de seguridad, tú que pones en peligro a tu hijo, a los esquiadores y
a cualquiera que pase cerca.
Pero claro, la montaña es de todos, así que da igual si acabamos en el hospital porque
tú decidiste que las normas son opcionales.
Y esto no es sólo la estación de esquí, es la vida en general, es la gente que bloquea
las aceras porque se para en mitad de la calle a mirar el móvil, es la gente que no recoge
los excrementos de su perro porque total es sólo un poquito de caca, es el que se cuela
en la cola del supermercado porque tengo sólo una cosa, es el que deja el coche mal aparcado
porque es un momentito, es la incapacidad absoluta de pensar en los demás, de respetar
las normas básicas de convivencia, de darse cuenta de que el mundo no gira en torno a su
ombligo.
Estoy cansada, y lo peor es que cuando señalas estas cosas encima eres tú la borde, la exagerada,
la que debería relajarse.
Pues no, no me da la gana, no me voy a relajar, porque si no nos enfadamos, si no decimos
nada, si dejamos que todo esto siga pasando sin levantar la voz, al final el problema
no será sólo la mala baba de la gente, sino nuestra indiferencia ante ella.

Comentarios de T4.13. Reflexiones personales d115o

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