Escape Room - Koszalin, Polonia 2019 6h4x1c

Radoslav se siente aburrido esa tarde de viernes. Sólo tiene a un grupo de niñas celebrando un cumpleaños en las instalaciones, y aún les queda más de una hora para salir. Pilla un par de billetes de la caja registradora y se decide ir a por cambio a la tienda de enfrente. Así tiene excusa para hacer una pausa y fumarse un cigarrito. Total, está solo y nadie le va a echar en falta. Cuando vuelve, quince minutos después, la recepción del local está ardiendo.

Al otro lado de la puerta, que comunica con la habitación de al lado, se oyen gritos y llantos. Aterrado, se lanza sobre las llamas y trata de abrirla infructuosamente, sufriendo quemaduras en el proceso. El humo le hace imposible respirar y acaba huyendo al exterior. Dentro de la sala, las voces se apagan. Habían venido a celebrar la vida, y sin embargo, un mal día ha acabado con su futuro. Algo que tendrá consecuencias a nivel mundial.

El concepto que sustenta la mayoría de los juegos de escape en vivo es muy simple. Los jugadores están encerrados dentro de una habitación y deben resolver una serie de acertijos para escapar, y el acertijo final les permite salir de la habitación. Aunque este formato es muy común en las escape rooms, y de hecho era casi universal en los primeros juegos de escape, también hay juegos en los que, en lugar de escapar, los jugadores deben completar otras misiones, como encontrar un objeto en particular, para ganar el juego.

Un precursor de los juegos de escape en vivo fueron los juegos en línea. Ya en 1988 existían juegos de aventuras basados en texto, cuyo objetivo era escapar de una habitación cerrada.

Estos dieron paso a los juegos de escape room en línea, a menudo basados en Flash, que proliferaron a principios de la década de los 2000. En 2009, Takao Kato, un trabajador de la editorial japonesa Scrap, vio a un compañero jugando a un juego de escape en línea, y se preguntó si se podría crear algo similar en el mundo real. Pronto, Takao se encontró realizando juegos con regularidad, alquilando espacio en bares y clubes para hacerlo. Los juegos fueron tremendamente populares y pronto atrajeron la atención internacional. A principios de la década del 2010, los juegos de escape en vivo se extendieron por Europa, América y el resto del mundo.

También se volvieron cada vez más sofisticados. Las primeras escape rooms a menudo consistían en una serie de rompecabezas no relacionados en una habitación sin temática, la mayoría de las cuales se basaban en elementos simples, como candados, llaves, cerraduras de combinación y puzles. A medida que las empresas comenzaron a competir, los juegos de escape con temática de calidad cinematográfica, historias apasionantes y rompecabezas tecnológicamente complejos se volvieron cada vez más comunes. Los juegos de escape capturaron la imaginación de los cineastas y se hicieron varias películas sobre ello y hasta alguna obra de teatro.

La idea principal de estas obras de ficción solía ser una sala de escape que representaba un peligro real para los jugadores atrapados dentro. Esto era, por supuesto, fantasía, la mayoría de las escape rooms eran relativamente seguras. Como negocios que dependían en gran medida del boca a boca de sus clientes, era una prioridad para muchos propietarios diseñar salas que fueran emocionantes, pero seguras para jugar sin problemas. Al mismo tiempo, sin embargo, había pocas regulaciones específicas que establecieron estándares de seguridad dentro de las salas de escape.

Era un fenómeno tan nuevo que un accidente fatal en una escape room nunca había sido reportado y, por lo tanto, hacer cumplir la seguridad dentro de estos establecimientos no era una prioridad para la policía, ayuntamientos o gobiernos locales. Durante muchos años, en muchos países del mundo, los juegos de escape solo estaban sujetos a las mismas reglas que se aplicaban a cualquier otro negocio que acogiera público. No obstante, entre los propietarios y diseñadores de los juegos, existía la conciencia de que era probable que en algún momento ocurriera un accidente derivado de las cualidades específicas del juego. A lo largo de la década del 2000 a.C.