Un alma libre - Christopher McCandless, Alaska 1992 3424e

Era un 28 de abril de 1992, cuando el electricista Jim Gullien divisó en la carretera de Healy, Alaska, la delgada figura de un muchacho haciendo autostop. A pesar de que llevaba una escopeta a la espalda, paró para recogerlo. Le dijo que se llamaba Alex, tenía 24 años y que venía a pasar tiempo solo en la naturaleza, así que le pidió que le dejara lo más cerca posible de la entrada al Parque Nacional del Denali.

Jim, que conocía la zona, le advirtió que no era un buen sitio para estar solo, que no abundaba la caza y no se podía plantar, que no encontraría refugio y pondría su vida en peligro. Pero el joven estaba entusiasmado y no atendía a razones. Se ofreció a llevarlo hasta Anchorage para que pudiera comprar mejor equipamiento, pero tampoco quiso. Al final, sintiendo pena por el obcecado chico, le dio los dos bocadillos de atún que su esposa le había preparado esa mañana, una bolsa de patatas fritas y le regaló unas viejas botas de agua que llevaba en la camioneta.

Nadie volvió a ver al muchacho con vida. Jim recordaría por siempre ese encuentro como un mal día, preguntándose si habría podido decirle algo más para salvarlo de su triste final. Un mal día. Un podcast sobre accidentes, incidentes y desastres que cambiaron la historia. Realizado, producido y presentado por Nicky Fennell. El 6 de septiembre de 1992, un grupo de cazadores en el Sendero de la Estampida, cerca de Healy, en Alaska, llegó hasta un autobús urbano abandonado que los que cazaban por la zona solían usar como refugio.

Pensando que podría ser un lugar conveniente para pasar la noche, se aventuraron dentro, solo para ser repelidos por un terrible olor que impregnaba el interior del vehículo.

Sospechando lo peor, los cazadores llamaron por radio a la policía local, que acudió al lugar y registró el autobús. Dentro de un saco de dormir, encontraron los restos de un hombre que luego sería identificado como Christopher McCandless, un individuo con una vida fascinante y un legado que ha perdurado durante décadas después de su muerte.

Christopher nació el 12 de febrero de 1968. Incluso desde muy joven, fue un niño brillante y enérgico. Leía mucho y su literatura favorita eran las historias de Jack London y Mark Twain.

Las aventuras al aire libre eran un tema común en estos libros y también una parte importante de la vida del chico. Desde tan solo ocho años participó en expediciones de senderismo y acampada que desafiarían a niños del doble de su edad. Aunque hubo momentos felices en su infancia, está claro que la relación de Christopher con sus padres no era buena.

Su padre, Walter McCandless, había estado previamente casado, de hecho, durante un tiempo fue bígamo, y tenía seis hijos de ese primer matrimonio. Con Billy, su madre, le tuvo a él y a una hermana más pequeña llamada Karine. Su hermana contó que su padre era un alcohólico con ataques de furia y que a menudo había violencia física en el hogar familiar. Los padres de Christopher negaron estas afirmaciones. Pero incluso, dejando aparte la violencia doméstica, el joven frecuentemente se encontraba en desacuerdo con sus padres.

Aborrecía sus costumbres materialistas y se sentía sofocado por la visión que tenían para su futuro.

Se quejaba de que estaban alejados de la realidad. No quería vivir la monótona y cómoda vida de clase media que habían planeado para él. Quería encontrar su propio camino, más significativo.

Para cuando cumplió 22 años, Christopher estaba decidido a escapar de ese destino.

Después de graduarse en la Universidad de Moree en Georgia, con excelentes calificaciones, finalmente puso este plan en acción. Sin decirle a nadie sus intenciones, donó la gran mayoría de sus ahorros, alrededor de 24.000 dólares, a la organización benéfica Oxfam, y luego quemó la pequeña cantidad de efectivo que le quedaba restante. Empacó algunas pertenencias en su coche, un muy querido viejo Datsun amarillo, y emprendió un viaje por carretera a través del país.

Durante los dos años siguientes, Christopher vagó de un lugar a otro, disfrutando de una vida de libertad y aventura. Perdió su coche en una inundación repentina.