¿Cómo influye tu relación de pareja en la vida de tus hijos? 🗣️ David Corbera 6r461h

Son los hijos y las hijas las que sufren un proceso de profunda inmadurez de los padres y de las madres.
Los hijos son un gran reflejo, un gran espejo de muchos de los aspectos que nosotros no podemos ver en nosotros mismos y en nosotras mismas.
En ese sentido, los hijos son un gran peldaño en donde podemos apoyarnos para seguir creciendo y desarrollándonos psicológicamente hacia nuestra plenitud.
Si existiera algo que quisiéramos cambiar en nuestros hijos, en nuestro hijo, en nuestra hija,
en primer lugar deberíamos revisarlo y ver si es algo que tenemos que cambiar en nosotros mismos.
De hecho, esos hijos o hijas, o nosotros como hijos o hijas, hemos funcionado como canalizadoras de las sombras de la relación de nuestros padres.
Tanto papá como mamá terminan dependiendo de ti en última instancia.
Y al final tú también dependes de ellos y eso es un problema.
Porque si yo estoy por salvar el hogar de origen, no puedo construir mi propio hogar.
Los hijos son relaciones muy importantes, no solamente por las razones obvias de quiénes son,
sino porque también son un gran reflejo, un gran espejo de muchos de los aspectos que nosotros no podemos ver en nosotros mismos y en nosotras mismas.
En ese sentido, los hijos son un gran peldaño, un gran apoyo en donde podemos apoyarnos para seguir creciendo y desarrollándonos psicológicamente hacia nuestra plenitud.
Esa sería un poco la finalidad de todo este trabajo.
Entonces, las relaciones más importantes, más significativas, son las que guardan un mayor aprendizaje.
Y los hijos, para algunas personas, quizás son los que más tienen esa categoría.
Es decir, es lo más importante de mi vida, por lo general suele ser así, y por lo tanto esa relación entraña un aprendizaje probablemente mayor que cualquier otro.
Y esto es muy importante verlo así.
Y además no solamente suele ser un aprendizaje, sino que son múltiples aprendizajes que van en cadena y que van profundizando y transformando la relación que hay entre padre e hijo, o madre e hijo, o madre e hija.
Entonces, empezaré con una frase de Jung que dice, si existiera algo que quisiéramos cambiar en nuestros hijos, en nuestro hijo, en nuestra hija,
en primer lugar deberíamos revisarlo y ver si es algo que tenemos que cambiar en nosotros mismos.
Eso lo dijo ya en su momento el gran psiquiatra, y hay que verlo un poco así.
De hecho, la triangulación entre padre, madre e hijo es una de las triangulaciones más tóxicas que hay dentro de la familia.
Es una de las más patológicas.
Y en muchas ocasiones, esos hijos o hijas, o nosotros como hijos o hijas, hemos funcionado como canalizadoras de las sombras de la relación de nuestros padres.
Es decir, todos aquellos aspectos que nuestros padres y nuestras madres no querían encarnar, no querían representar y no querían exponer al público, nosotros lo hacíamos por ellos.
Y también nos vemos a veces sujetos en esa triangulación tan tóxica porque ellos no son capaces de gestionarse como personas adultas.
Yo he visto cantidad de casos, por ejemplo, en donde, no sé, un esposo, por ejemplo, un padre puede ser muy vehemente y castigar a un hijo o una hija
porque no es capaz de canalizar esa ira sobre su madre, sobre su mujer. ¿Entendéis?
Esto pasa mucho. O sea, está pillando el hijo o la hija porque el padre es incapaz de medirse con su pareja.
Y entonces se produce esa triangulación.
Queda en la oscuridad, en la sombra, una emoción que es el resentimiento hacia la pareja, en este caso hacia la mujer.
Y podría ser al revés también. Una mujer que lo que hace es dañar a los hijos y a las hijas, ser muy agresiva, muy violenta o muy tiránica porque no es capaz de enfrentarse al padre. ¿Entendéis?
Entonces aquí es cuando los hijos... Esto es a lo que me refiero con triangulaciones.
Pero también puede haber el caso de la madre que idealiza al hijo y desplaza al padre.
Y esa idealización es una forma de hacerle ver al padre que no está cumpliendo con las exigencias emocionales que espera de ese vínculo.
Pero como no lo sabe tratar directamente con él, como no lo sabe gestionar directamente con una persona adulta,
lo que hace es lanzarle esa vaga pasiva-agresiva a través de la idealización del hijo.
Lo mismo puede hacer un padre con una hija.
¿Idealizo la hija?
¿La hago?