
Descripción de Capítulo 5: lo de la molinera 6y2c15
Que no os vais a quedar sin saber lo de la molinera porque no me da la gana. Ya anuncié la semana pasada que, a la vuelta del bautismo de fuego de Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel en Fuenterrabía, los ardores guerreros se convirtieron en otros ardores. Que venía más caliente que el palo de un churrero, y en todos los sentidos. Y hete aquí que reparó en la hija de un humilde molinero. 685k2e
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Para habernos matado. Un podcast de Víctor Fernández Correas para Galeán y Cía.
Capítulo 5. Lo de la Molinera.
Porque no os vais a quedar sin saber lo de la Molinera, porque no me da la gana.
Ya anuncie la semana pasada que a la vuelta del bautismo de fuego de Fernando Álvarez de Torres de Pimentel en Coterrabía los Artores Guerreros se convirtieron en otra clase de Artores.
Que venía más caliente que el palo de un churrero y en todos los sentidos.
Y es aquí que reparó en la hija de un humilde Molinero.
La tradición no se lo dice.
Una joven depietraísta de humilde linaje, la hija de un Molinero, atrae fuertemente al joven capitán y tanto que le dará un hijo.
De esta forma tan bella la cuenta Manuel Fernández Álvarez en su magnífica biografía sobre el Gran Duque de Alba.
Por ser más explícito que el ya mítico profesor Fernando venía como venía de allá arriba. Viva la Molinera.
Y para qué seguiría si no sabéis la canción.
O sea, será de qué polvo tiene el Molino, qué polvo hace la Molinera.
Para que aquellos que no la conozcan sepan de qué va el asunto.
Claro que no penséis que esto fue una cosa inmediata. Es decir, vengo de Fuenterrabía con unas ganas de marcha que lo flipas y anchas castilla.
En lo tocante a la tradición como recalca el profesor Fernández Álvarez a saber si que ya sabemos cómo son estas cosas pero por aclarar el tercer Duque de Alba futuro intervino en la toma de Fuenterrabía y eso ocurrió en 1524.
Lo de la Molinera tres años después. O sea, en 1527.
O sea, seguro que se fijaría en ella un día tras otro, que dónde va vuestra merced con ese poderío, que si el polvo de Molino, etcétera, etcétera. Pero vamos, que no fue de un día para otro.
La consecuencia del calentón recibió el nombre de Hernando, al que Fernando Álvarez de Toledo Pimentel no dejó tirado sino que incorporó a la familia.
Así, el crío creció junto a los demás niños y disfrutó de los mismos privilegios.
Con el tiempo Hernando se convertiría en uno de los mayores apoyos de su padre.
De hecho, y ya adelanto, en el futuro desplegará por estas páginas en más de una y de dos ocasiones se convertiría en uno de sus principales apoyos.
Incluso hay voces que lo consideran el más parecido a su padre de todos los hijos que tuvo el futuro Tercer Duque de Alba.
Por ejemplo, le concedió el título de caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén, también conocida como Orden de Malta, pues la casa de Alba mantenía una fuerte vinculación con dicha orden.
Por cierto, si os interesa, Lupe de Vega retrató la juventud de Hernando en una obra que lleva por título más malai en la aldegüla de lo que suena, también conocida como el Prior de Castilla.
Lo que ocurre es que la mayoría de los datos que aparecen en ella son más inventados que las decisiones de algún que otro árbitro polaco de fútbol, aunque eso ya es otro tema.
¿Y la bolinera? Porque seguro que os estáis preguntando ¿Quién era? La verdad es que bien poquito se sabe de ella.
Entre que era de extracción humilde, algunas fuentes indican que era de la aldegüela, lugar vecino a Pitraíta, y que la casa de Alba no permitió una boda tan desigual, el olvido se apoderó de ella.
Pero claro, viendo el percal, a Ferran no había que casarlo, so pena de llenar la casa de más árboles del guerrero.
Así que, tras llegar los Alba a un acuerdo con una familia vecina de Alba de Liste, decidieron casarlo en 1529.
La elegida fue María Enríquez, hija de los hondes de Aliste, que además eran pedimos hermanos, o sea, las cosas de la época.
Pues la madre de la novia era Doña Leonor, hija a su vez.
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