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La mamba negra
Los botes del Glen Carrig de W. Hope Hodgson - Capítulo 11: Las señales desde el barco

Los botes del Glen Carrig de W. Hope Hodgson - Capítulo 11: Las señales desde el barco 1c541l

6/10/2022 · 19:34
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La mamba negra

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Los botes del Glen Carrig (Valdemar, 2002), del inglés William Hope Hodgson (Essex, 1877- Ypres, Bélgica, 1918), constituye una de las cumbres del llamado “terror marino” y sitúa a su malogrado autor entre los principales artífices de la literatura sobrenatural y de horror de principios del siglo XX, con unas raíces que se hunden hasta una de las obras más extrañas de Edgar Allan Poe y cuya influencia toca a otro de los genios más contemporáneos del género, Howard Phillips Lovecraft. 2d3y3i

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Las señales el barco tan pronto como amaneció nos acercamos todo al borde de la colina para contemplar el barco abandonado que según teníamos ahora motivo para creer no era tal sino que estaba habitados pero aunque lo observamos durante más de dos horas no logramos descubrir señales ningún ser viviente de haber estado más serenos esto no nos habría extrañado ya que la nave se encontraba muy encerrada en la gran maraña pero ansiaba ver a un congéneres después de tanta soledad y terror en tierras y mares desconocidos y por eso no podíamos contener la impaciencia esperando a que luce a bordo de la nave se decidieron a rebelarse ante nosotros fue así que por último cansado de vigilar acordamos gritar todo junto cuando el contra maestre nos diera una señal haciendo un ruido fuerte que el viento según pensábamos llevaría está el barco sin embargo aunque gritamos muchas veces haciendo un ruido que nos pareció muy grande no hubo respuesta desde el barco hasta que decidimos no llamar más y pensar en otro modo de atraer la atención de quienes se hallaban en el hablamos un rato proponiendo una cosa y otro otra pero ninguna que pareciera adecuada después empezamos a extrañar de que la hoguera encendida por nosotros en el valle no les hubiera indicado que en la isla andaban otros seres humanos de haber sido así era lógico que hubieran montado guardia constantemente hasta llamar nuestra atención más aún era apenas creíble que no hubieran encendido otra hoguera en respuesta opuestos sobre la estructura alguna bandera para atraer nuestra mirada en cuanto a la dirigiera hacia la nave pero lejos de eso parecía incluso empeñados en evitar que lo pierdas pues la luz que habíamos de visado la noche anterior sugería más un accidente que una exhibición deliberada poco después fuimos a desayunar y comimos con voracidad ya que la noche de vigilia nos había despertado mucho el apetito pero a pesar de todo tan absorto estábamos en el misterio de la nave que dudo que algunos de nosotros quiere con qué clase de alimento nos llenamos el estómago primero a alguien exponía una opinión sobre el asunto y una vez debatida esta se suscitaba otra y algunos terminaron dudando de que el barco estuviera habitado por ser humano diciendo que podía estar ocupado por algún ser demoníaco de aquel gran continente de algas esta sugerencia produjo entre nosotros un silencio muy incómodo ya que no sólo en frío nuestras esperanzas sin que pareció ofrecernos un nuevo terror cuando ya conocíamos demasiados entonces habló del contra maestre riéndose de nuestros temores con jovial de zen señalando que era tan probable que la gran hoguera del valle y hubiera asustado a los navíos como que hubieran visto en ella una señal de que había con genere y amigo cerca porque como él nos dijo ninguno de nosotros sabía que vestía feroces y demonio se ocultaban en el continente de algas y si teníamos motivos para saber que allí había cosas espantosas cuanto más ello que por lo que sabía no eran acosados por ella desde hacía muchos años siendo así como sigue explicando podíamos suponer que sabía muy bien que había ser en la isla pero tal vez no desea eran darse a conocer esta haberlo visto y por eso debemos esperar a que decidieron revelarse nos cuando el contra maestre término de hablar nos sentimos todos muy animados porque su razonamiento parecía muy lógico sin embargo todavía no se inquietaba muchas cuestiones porque como dijo uno era raro que no hubiéramos visto sus luces o de día el humo de su cocina pero esto replicó el contra maestre que hasta entonces habíamos acampando en un sitio desde donde no divisa vamos ni siquiera el vasto mundo de las algas y mucho menos el barco abandonado además cada vez que habíamos cruzado la playa opuesta habíamos estado demasiado ocupado para pensar mucho en mirar la nave que desde esa posición no mostraba más que se hubieran superestructura agregó que hasta el día anterior sobre una vez habíamos subido a cierta altura y que desde nuestro campamento actual no se podía haber el barco abandonado para lo cual tuvimos que hacer

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