
Descripción de El huésped v4my
Amparo Dávila (Pinos, Zacatecas, 21 de febrero de 1928 - Ciudad de México, 18 de abril de 2020) fue una escritora mexicana ganadora del Premio Xavier Villaurrutia en 1977. A finales de 2015 se le otorgó la Medalla Bellas Artes en reconocimiento a su trayectoria y desde 2015, el gobierno federal de México convoca un premio nacional de cuento fantástico con su nombre, el Premio Bellas Artes de Cuento Amparo Dávila. j17w
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El huésped de amparo dávila nunca olvidaré el día en que vino a vivir con nosotros mi marido lo trajo al regreso de un viaje llevábamos entonces cerca de tres años de matrimonio teníamos dos niño si yo no era feliz representaba para mi marido algo así como un mueble que se acostumbra uno haber en determinados sitio pero que no causa la menor impresión vivíamos en un pueblo pequeño incomunicado y distante de la ciudad un pueblo casi muerto o a punto de desaparecer no pudo reprimir un grito de horror cuando lo vi por primera vez era lúgubre siniestro con grandes ojos amarillentos casi redondo y sin parpadeo que parecían penetrar a través de las cosas y de las personas mi vida dedicada se convirtió en un infierno la misma noche de su llegada supliqué a mi marido que no me condenar a la tortura de su compañía no podía resistir lo me inspiraba de confianza y horror es completamente inofensivo dijo mi marido mirándome con marcada indiferencia te acostumbras a su compañía y si no lo consigue no hubo manera de convencerlo de que se lo llevara se quedó en nuestra casa no fue la única sufrir con su presencia todos los la casa mis niños la mujer que me ayudaba en los que hacer es su hijito sentíamos favor de del solo mi marido gozaba teniéndolo allí desde el primer día mi marido le asignó el cuarto de la esquina era una pieza grande pero húmeda yo jura por eso inconveniente yo nunca la ocupaba sin embargo el pareció sentirse contento con la habitación como era bastante jura se acomodaba sus necesidades dormía está el oscurecer y nunca supe a que hora se acostaba perdí la poca paz de que gozaban la casona durante el día todo marchaba con aparente normalidad yo me levantaba siempre muy temprano bestia los niños que ya están despiertos dejaba el desayuno y los entretenía mientras guadalupe arreglaba la casa y salía a comprar el mandado la casa era muy grande con un jardín en el centro y los cuartos distribuidos a su alrededor entre las piezas y el jardín había corredores que protegían las habitaciones del rigor de las lluvias y del viento que eran frecuentes tener arreglada una casa tan grande y cuidado el jardín mi diario de ocupación de la mañana era tarea dura pero yo amaba mi jardín los corredores estaban cubiertos por enredadera que floreada antes y todo el año recuerdo cuanto me gustaba por las tardes sentarme en uno de aquellos corredores a coser la ropa de los niños entre el perfume de las madres selva y de la pongan villas en el jardín cultiva macri cantemos pensamientos violetas de los alpes begoña si él y otro pos mientras yo regaba las plantas los niños se entretenía en buscando gusanos entre las hojas a veces pasaban hora callados y muy atentos tratando de coger las gotas de agua que se escapaban de la pieza bandera yo no podía dejar de mirar de vez en cuando hacia el cuarto de la esquina aunque pasaba todo el día durmiendo no podía confiar me hubo muchas veces que cuando estaba preparando la comida bellas de pronto su sombra proyectando se sobre la estufa de leña lo sentía detrás de mí yo arrojaba al suelo lo que tenían las manos y salió de la cocina corriendo y gritando como una loca el volvía nuevamente a su cuarto como si nada hubiera pasado creo que ignoraba por completo de guadalupe nunca se acercaba ella ni la perseguía no hacia los niños y a mí a ellos lo odiaba y a mí me acercaba siempre cuando salía de su cuarto comenzaba la más terrible pesadilla que alguien puede vivir se situaba siempre en un pequeño senador en frente de la puerta de mi cuarto yo no salía más algunas veces pensando que aún dormía yo iba hacia la cocina por la merienda de los niños de pronto descubría en algún rincón del corredor bajo horas enredaderas
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