
Los botes del Glen Carrig de W. Hope Hodgson - Capítulo 9: Lo que sucedió en el crepúsculo 6p52t
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Los botes del Glen Carrig (Valdemar, 2002), del inglés William Hope Hodgson (Essex, 1877- Ypres, Bélgica, 1918), constituye una de las cumbres del llamado “terror marino” y sitúa a su malogrado autor entre los principales artífices de la literatura sobrenatural y de horror de principios del siglo XX, con unas raíces que se hunden hasta una de las obras más extrañas de Edgar Allan Poe y cuya influencia toca a otro de los genios más contemporáneos del género, Howard Phillips Lovecraft. 2d3y3i
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Lo que sucedió en el crepúsculo con la llegada del amanecer un prolongado silencio cubrió la isla y el valle y el contra maestre de diciendo que no teníamos nada más que temer nos indicó que descansar un poco mientras él seguía vigilando y así por fin pude dormir un buen rato lo cual me dejó bastante listo para las tareas del día más tarde pasadas algunas horas encontramos maestro experto para que lo acompañaran al lado opuesto de la isla en busca de combustible y después de regresar todos cargados pronto ardió una alegre fuego desayunamos un revuelto de galleta partida carnes salada y un poco de marisco recogido contra maestre en la playa y al pie de la colina más lejana todo abundantemente condimentados con vinagre que según dijo el contra maestre contribuiría a impedir que nos atacar al corbusier y al final de la comida no sirvió a cada uno un poco de melaza que mezclamos con agua caliente y vivimos concluido el desayuno el contra maestre dentro en la carpa verás como ya había hecho de mañana temprano porque el estado del muchacho lo inquietaba un poco ya que era pese a toda su corpulencia y dureza un hombre de corazón sorprendentemente tierno pero el muchacho seguía como la noche anterior y no sabíamos que hacer para mejorarla la salud una cosa intentamos sabiendo que no había ingerido ningún alimento desde la mañana anterior hacerle tragar una pequeña cantidad de agua caliente ron y melaza pues pensábamos que podía morir por la misma falta de alimentación pero aunque nos esforzamos durante más de media hora no logramos que reaccionar a lo suficiente para absorber nada y si no lo hacía teníamos ahogarlo al poco rato nos vimos obligados a dejarlo dentro de la carpa e irnos a cumplir nuestras tareas porque había mucho que hacer antes que nada sin embargo el contra maestre nos condujo a todos al valle resuelto explorar lo muy minuciosamente por si allí acechaba alguna bestia o ser demoníaco esperando para atacar y destruir mientras trabajábamos además quería investigar qué clase de ser habían turba de nuestra noche en las primeras horas de la mañana al ir en busca de combustible nos habíamos mantenido en la orilla superior del valle donde la roca de la colina más cercana penetrar en el suelo con oso pero ahora entramos directamente en la parte central del valle avanzando entre los enorme hongo hacia la abertura semejante a un pozo que llenaba el fondo del valle pese a su dura el suelo era tan el chico que no quedaba huella de nuestros paso en cuanto nos alejamos un poco salvo que en algunos sitios nuestra pisada dejaba un espacio húmedo luego cuando llegamos más cerca del pozo el suelo se hizo más blando de modo con nuestros pies se hundían en el dejando huellas muy reales y allí encontramos rastro muy extraños y desconcertante es ya que entre el fango que bordeaba el pozo quiero mencionar aquí que este presentaban menos efecto de pozo de cerca había multitud de marca que no puedo comparar sino con rastros de enormes va bolsas puesto que había otra marca como la que podrían ser causada por manos ocean anguila arrojado y levantados continuamente al menos eso es lo que me surgieron a mí y no hago más anotarlo fuera de las señales que he mencionado había en otras partes bastante legal que creamos por todo el valle entre las grandes planta similares a hongos pero nada encontramos salvo lo que ya ha señalado aunque casi olvidada descubrimos una cantidad de ese fin llegamos sobre el hongo que formaban el extremo del valle citó más próximo nuestro campamento y allí comprobamos también que muchos estaban recién rotos arrancados y en todos ellos se veía la misma huella de una bestia recordé entonces los golpes sordos y apagado que había oído en la noche y poca duda tuve de que esos seres habían trepado a los grandes hongo para poder espiar nos y es posible que al subirse muchos de ellos en uno solo su peso hubiera roto arrancado los hongos eso fue al menos lo que pensé
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