6ª Meditación - Juan 2.7. Don Jesús Higueras. 5u1i

En el siguiente versículo, cuando San Juan continúa, después de que María diga hacen lo que los diga, describe la situación, había ahí colocadas seis tinajas de piedra para las purificaciones de los judíos, de unos 100 litros cada una.

El siguiente versículo es simplemente que Jesús les dice llenad las tinajas de agua y las llenaron hasta arriba.

Sabéis que en San Juan, el evangelista San Juan, el agua tiene una importancia máxima.

Él utiliza símbolos que no es que se los invente San Juan, sino que son de Cristo y uno de ellos para simbolizar el Espíritu Santo, el gran signo del Espíritu Santo es el agua.

Por ejemplo, cuando Nicodemo se acerca a Jesús y le pregunta a Maestro qué hay que hacer, Jesús le dice hay que nacer del agua, hay que volver a nacer, hay que nacer del agua y del Espíritu.

Cuando Jesús se encuentra con las samaritanas, de hecho, si conocieras el don de Dios, serías tú quien me pediría a mí de beber y yo pondría en ti un manantial de agua que salta hasta la vida eterna.

Y de hecho ya más adelante, al final del evangelio, dice quien tenga sed que venga a mí y yo le daré torrentes de agua viva.

Y dice San Juan, se refería al Espíritu Santo que todavía no había sido dado.

Y por tanto, entendemos que cuando Jesús dice a los sirvientes llenad esas tinajas de piedra, llenadlas hasta arriba, se está refiriendo llenaos del Espíritu Santo, de eso se trata.

Hay que llenarse del Espíritu Santo porque sólo el Espíritu Santo es el Señor cuidador de vida.

Si volvemos otra vez a esa especie de criterio de evangelización que estábamos viendo que es lo básico del cristiano, hay un elemento que se da en el cristianismo que no se da en ninguna religión.

Aparte de la esencia del Dios amor o de la libertad que hemos visto, bueno, todo lo que estoy diciendo es nuclear del cristiano.

Es la intromisión o la llegada de lo sobrenatural a lo natural, de algo que existe fuera del cosmos y que siempre ha existido, que es el mismo Dios, la naturaleza divina, que interviene en la naturaleza humana.

Y por tanto, ser cristiano es dejar que algo distinto a todo lo natural que existe suceda en ti.

Mirad, yo no tengo manía a los psicólogos, es más, los recomiendo mucho.

Y hay gente que yo en el confesionario les digo, mira, tienes que ir a una persona que te haga una terapia, que te ayude.

Lo hago muchas veces, claro que sí, pero al fin y al cabo la tarea de un psicólogo es darte recursos que existen dentro de ti, en tu inteligencia o en tu voluntad, para poder reconstruir, reconducir conductas que te hagan daño.

Un buen psicólogo te hace ver el origen de tus neurosis, obsesiones, y te dice, bueno, como esto es falso, va a salir la verdad, y eso está muy bien.

Pero claro, nosotros, los cristianos, por lo menos en lo que es el orden del sacramento, la predicación, la penitencia, además de dar algún consejo, creemos firmemente en el poder de la gracia.

Y por tanto, ser cristiano es estar dispuesto a que una dimensión que está fuera de ti, llegue a ti.

Que algo que está muy por encima de cualquier poder cósmico, es decir, que pertenece al orden de lo creado, suceda en ti, y eso se llama vivir de la gracia.

Llenar las tinajas de agua hasta arriba, es dejarse llenar de ese agua viva, ese origen, y además, es bonito, ¿no?, porque en el Génesis aparece en el primer versículo, en el principio Dios creó el cielo y la tierra, y el Espíritu de Dios sobrevolaba o aleteaba sobre las aguas.

Y por eso, fijaos, que siempre...