4ª Meditación - Juan 2.5. Don Jesús Higueras v3eu

En el siguiente versículo, ante esa frase de Jesús, que contesta con todo el respeto, hemos visto que era una expresión muy respetuosa, en el versículo 5 su madre dice a los sirvientes de Jesús, haced lo que él os diga. Y como estamos haciendo o revisando en profundidad lo que significa ser cristiano, entendemos, y quiero dar el título por si me lío, que el cristiano es alguien que tiene que vivir en el amor y no en la obligación. Un mandato divino, o un mandato de quien tiene autoridad, no merma la libertad, sino que es consecuencia de la misma. Fijaos que esto tiene una resonancia muy bonita, igual que a los tres días el Señor va a una boda y a los tres días en el Sinaí Moisés recibe la revelación.

Cuando el pueblo recibe la revelación, la contestación es, haremos todo lo que el Señor nos diga, que es como una profesión de fidelidad, porque el amor solo queda autentificado, o solo se puede decir que es verdadero amor, amor en sentido más profundo, más antropológico de la palabra, cuando se despliega a través del tiempo y es capaz de superar las dificultades que el tiempo te pone. Las tuyas, las de los otros, las que te trae la vida ni de ti ni del otro.

De tal manera que esa famosa frase de San Juan Pablo II, tan oída, me perdonáis porque es que no hace más que repetirse, el nombre del amor en el tiempo es la fidelidad o la fidelidad es la que autentifica el amor. Y por tanto, y además es curioso porque hay un detalle aquí también, que estas son las últimas palabras que el Evangelio recoge de la Virgen, ni una más, porque todas las palabras que tenemos de María previas son de Lucas y son de la infancia de Jesús. No vuelve a haber una sola palabra de la Virgen en la vida, digamos, adulta de Jesús más que estas. Haced lo que los diga.

Creo que aquí, antes hablábamos de la libertad, pero la libertad da lugar a ser lo suficientemente valiente para hacer un compromiso. ¿Un compromiso? ¿Qué es un compromiso? Es una promesa, una promesa de vivir y por tanto una promesa es dar valor a tu palabra. Y que tu palabra tenga la suficiente profundidad y el suficiente valor para que esa promesa hecha con libertad, pero ya vimos en la meditación anterior los impedimentos de la libertad y las posibles mentiras sobre las que veces hacemos actos que creemos que son libres, pero si no hay verdad, no puede haber libertad, pues creo que para cualquier persona que se quiera convertir y que quiera ser un cristiano coherente, se le dice Jesús te invita a una relación nuncial, lo hemos visto en la primera meditación, Jesús te invita a vivir en la verdad, segunda meditación, Jesús te invita a vivir en libertad, tercera meditación, pero Jesús te invita a vivir en el amor.

Y el amor es capaz de comprometerse, se puede hacer promesa de amor, se puede hacer, se debe hacer. Te quiero un ratito, te quiero mientras que nos vaya bien, te quiero porque es divertido. ¿Y cuando te quiero y no es divertido? ¿Cuando te quiero y duele? ¿Cuando te quiero y ese amor pasa por el filtro del sufrimiento? ¿Te quiero o no? Y por tanto creo que...