1ª Meditación - Juan 2.1-2. Don Jesús Higueras g6p2t

Pues cada año es una sorpresa para mí, que siempre a los pocos días de empezar los ejercicios digo ¿y este año de qué predico? Porque claro son... Mirad, yo recuerdo que dimos ejercicios en el año 96 la primera vez y por tanto eso sería ya la tanda número 30. Ya después de 30 tandas de ejercicios ya uno no sabe ni qué decir ni nada. Bueno, pero por lo menos siempre el señor como lo he dicho antes es nuevo.

Se me ocurría, como se han cumplido 25 años de la consagración del templo, ¿por qué no? Porque nunca lo habíamos hecho, hacer un comentario del evangelio de las bodas de cana, puesto que nuestra titular es la parroquia Santa María de Cana y la verdad es que bueno, pues estos días previos que estaba mirando cosas, resulta que es mucho más interesante de lo que yo me pensaba, porque no es simplemente el hecho de que el señor se apiada de unos novios pobrecitos porque se les ha olvidado el vino y van a quedar fatal, sino que el señor quiere hacer una grandísima revelación con motivo de este acontecimiento y de hecho ahora lo veremos, poco a poco lo veremos, como hay tres grandes revelaciones de Jesús en su ministerio.

Una es la fiesta de la epifanía, otra es la fiesta del bautismo del señor y otra es la fiesta de las bodas de cana. De hecho en la antífona del magnífica de la liturgia de las horas, pues aparece, en este día de hoy celebramos tres manifestaciones de Jesús que identifican epifanía, es decir, la manifestación en los reyes, la manifestación en el bautismo y la manifestación en las bodas de cana. Y el evangelio empieza, es el capítulo dos de San Juan, el comienzo del capítulo dos de San Juan, pues precisamente comienza diciendo a los tres días había una boda en cana de Galileo.

Sabéis que previamente había, el evangelista había narrado el encuentro de Jesús con Andrés, lo he dicho antes, y con Juan y bueno, después de esto le presentan a Simón Pedro y entramos propiamente ya en el capítulo dos que es versículo uno y lee versículo a versículo. A los tres días había una boda en cana de Galileo y la madre de Jesús estaba allí y Jesús y sus discípulos estaban invitados a la boda.

Mirad, el tiempo o el paso del tiempo es muy importante. Yo cada vez entiendo que pasen los días, que pasen las semanas, que pasen los años, es una expresión de la misericordia divina porque lo que pasa en el tiempo es mucho más importante que el paso del tiempo. Hoy hemos tenido en cana, aparte de las misas ordinarias, pues como tres misas.

Una de un señor de noventa y tantos años, su abuelo Carmencita, que la pobre pues está tan sentida, no es lógico, pues que se ha muerto Tomás ya con noventa y muchos. Luego, al otro extremo, el hijo de Pablo y de Teresa, que hacía su hijo Jaime, segundo aniversario, y es un niño que fallece con siete años, como su hermano, que ha fallecido también con siete años hace un año.

Y en medio, encerra yo también una misa, llegó un compañero mío de Nava Cerrada, un amigo, que jugábamos al fútbol ahí en la colina de la iglesia, un tío muy simpático joven, joven, edad sesenta y uno, sesenta y dos, un hombre joven todavía, no? A esas edades todavía no es joven, no? Y tú te das cuenta como a veces no importa tanto la cantidad de tiempo que vives, sino lo que tú vives en el tiempo, lo que tú quieres ser en el tiempo, y Dios cuenta con el transcurrir del tiempo para manifestarse, para hacernos humildes, para hacernos pacientes y para que realmente