
Descripción de Vacaciones en Playa. Capítulo 1 5j156o
Unas vacaciones a las playas de México me llevan a conocer la otra cara de mi mujer. _____________________________________________ Hola! Ayúdame uniéndote a Ivoox desde los siguientes enlaces: * Anual https://www.ivoox.vip/?-code=c7cb5289b6e940372f0f816d1de4fe6e * Mensual https://www.ivoox.vip/?-code=9af38537eef891dabb408d0e292f3c38 *Plus https://www.ivoox.vip/plus?-code=208ff5ca551218eda9d25aad9113bc8c 6w3w55
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Hoy presentamos, Vacaciones en playa. Capítulo 1 Miraba a mi esposa sonreír y pensé que había valido la pena.
Valía la pena estar viajando en un jeep descapotable por una carretera mexicana rumbo a un ignoto lugar como Playa Cárdenas.
—Sé donde hay un lugar como el que estás buscando —me había dicho mi amigo Javi.
—Un lugar alejado de todo, donde solo seamos tú y yo, con playa y una casita frente al mar. ¿No sería hermoso? —había dicho Ana, mi esposa.
En verdad nada podía seducirme menos. Siempre me he considerado un bicho de ciudad, una playita estaba muy bien, algo como Ibiza o Marbella o Mallorca, playa y ciudad y luz y sitios con gente, naturaleza, vale, pero con conexión a Internet. Sin embargo, allí estaba, dispuesto a complacer esta fantasía de Ana.
Había sido un año duro para ella, es lo que pasa, te conviertes en una abogada exitosa, tienes treinta y siete años, una familia, dos hijas increíbles de doce y once años, lo tienes todo y de pronto aparece un caso que te hace parir y lo empiezas a ver todo negro y surge luego esto, la fantasía de huir, lejos. A un lugar donde ya no eres la abogada pija que gana la pasta ganza, que trabaja en un gran estudio sino una alocada muchachita otra vez con su novio rumbo a una playa perdida del océano Pacífico. Sonriendo en un jeep descapotable, rentado en Oaxaca.
Y yo estaba encantado de verla sonreír y no con esa cara tensa de los últimos meses, desencajada, irritada, de mal humor. Ana era lo mejor de mi vida, había tenido suerte, yo era un ingeniero industrial con suerte. Su largo cabello rubio era muy fino y muy liso con un sensual flequillo sobre la frente, sus ojos eran muy hermosos, color gris, pero eran pequeños y rasgados, como si le costara esfuerzo abrirlos completamente, pequeños al lado de sus pómulos prominentes y salientes y su boca, grande, ancha, carnosa.
Su cara no era un pequeño óvalo perfecto como muchas mujeres bellas, sino algo cuadrada, maciza, de huesos fuertes, como toda ella en verdad. Sus muslos, macizos y gruesos y musculados la complejaban un poco, pero sus finos tobillos compensaban y sus piernas en general eran perfectas y luego su pequeña cintura y su culo rotundo, macizo y compacto y redondo y luego de la pequeña cintura, un torso arqueado y de espalda pequeña aunque de hombros redondeados y luego. Tal vez lo mejor de su cuerpo, quizás lo que a mí me volvía loco en particular. Sus pechos eran de otro mundo, dos tetasas redondas y grandes, turgentes y macizas.
Y era una mujer alta además, un metro con setenta y cuatro centímetros que con taconazos llegaba al 1,80 con facilidad. Muy deportista desde pequeña, había sido atleta en su juventud, corredora de ochocientos metros en pista. No sé si había sido buena idea para ella la bogacía, tal vez por seguir los pasos de su padre, luego era inteligente y muy competitiva pero tal vez ahora, viéndola sonreír aferrada a la barandilla de hierro del Jeep con su fino vestido corto de verano a lunares, que dejaba ver esos muslos tan macizos y fuertes, espectaculares.
Podía pensar que la bogacía era una profesión demasiado cargante y rutinaria para ella. Ay cariño, estoy tan emocionada, como una bobita. No eres una bobita, eres mi bobita, dije y le acaricié el rostro. Ella presionó mi mano entre su cara y su hombro y me sonrió, sus dientes eran blanquísimos y fuertes. También es que nos habíamos casado bastante jóvenes y luego enseguida las niñas y luego todo el paquete, del piso y el curro y la vida de casados.
El sexo siempre había sido bueno entre nosotros, de su vida antes de conocerme no había preguntado nunca, ya había tenido una mala experiencia por preguntón, preguntas, preguntas y luego surgen las comparaciones y es una tontería. Así que hasta donde yo podía suponer, ella estaba tan satisfecha en el sexo como yo, pero el último año había sido difícil en todo sentido y también en eso habían surgido las tensiones y la falta de relajación.
En síntesis, el puto estrés nos había jodido la vida, por lo menos del lado de Ana, yo vengo de una familia de que eran si el trabajo me la suda, puedo ser una bestia de carga como cualquiera y luego llego a casa, veo a las niñas y a semejante mujer que tengo por esposa y que le den por hecho.
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