Trending Misterio
iVoox
Descargar app Subir
iVoox Podcast & radio
Descargar app gratis
Las LLamas del Pecado
Esto es un fragmento de un episodio exclusivo. ¡Escúchalo completo apoyando a este podcast!
Un Plan Perverso. Capítulo 2

Un Plan Perverso. Capítulo 2 1c2122

10/5/2025 · 02:01:00
0
587
0
587
Las LLamas del Pecado

Descripción de Un Plan Perverso. Capítulo 2 5v2i4u

El plan esta fuera de control... y ninguno parece poder resistir la tentación de la carne. _____________________________________________ Hola! Ayúdame uniéndote a Ivoox desde los siguientes enlaces: * Anual https://www.ivoox.vip/?-code=c7cb5289b6e940372f0f816d1de4fe6e * Mensual https://www.ivoox.vip/?-code=9af38537eef891dabb408d0e292f3c38 *Plus https://www.ivoox.vip/plus?-code=208ff5ca551218eda9d25aad9113bc8c l5f46

Lee el podcast de Un Plan Perverso. Capítulo 2

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Las Llamas del Pecado, tu programa de relatos eróticos más caliente en español.

Si te gusta el contenido, suscríbete. Y si te encanta, hazte fan desde el botón azul, apoyar y accede a todo el contenido extra. Ahora, disfruta del episodio.

Hoy presentamos, Un plan perverso.

Capítulo 2 Apenas puedo contener la respiración mientras contemplo a mi madre mirándome con cierto eje de tribulación, dudas y pena. Su espalda yace apoyada en el respaldo de mi cama, y sus piernas tendidas, rectas, sobre las sábanas, forradas por un par de medias diáfanas de red que se adhieren perfectamente a su blanquísima piel.

Mientras sus palabras, entonces desnúame tú, hacen eco en mi cabeza, yo no puedo dejar de pensar en que la última vez que una mujer estuvo en esa posición en mi cama, yo me estaba quitando el bóxer, con mi vergatieza, para luego dársela de comer, y ella, astrid, mi puta favorita, esperando ansiosa como buena zorrita. Con la boca abierta y la lengua de fuera, recibir mi trozo de carne, que ya goteaba de excitación. —Perdóname, hijo, es decir, Eric, no debí decirte eso, comenta ella apenada, respirando hondo como si el aire le faltara. —Eh.

Farfullo nervioso, casi con timidez, latiéndome fuerte el pecho, apenas entendiendo lo que mi madre me acaba de proponer. —No, no, ma'am. —Akira, está bien, no pasa nada. —Claro que pasa, por Dios, responde ella, y de pronto se ha puesto colorada de las mejillas. Recoge sus piernas hacia sus nalgas y ríe entre asombro y vergüenza. —¿Cómo voy a pedirte a ti que, me desnudes? —Ay, no, que loca estoy, amor.

Mi verga está palpitando tan fuerte ante la posibilidad que ha surgido en mi cabeza que tengo que sentarme en la cama, en el borde opuesto a donde ella está, a fin de evitar que mire como mi bulto palpita en mi bragueta. —Es, que ya sabes, Erick, esa tonta costumbre, ¿sabes?, esos juegos raros, entre tu padre y yo, cuando le pedía de favor que me hiciera masajes, pues, yo le pedía que, pues eso.

—¿Que te desnudara? —termino yo mismo la frase. —Sí, eso, y, ay, qué pena, mi cielo, la forma con que mi madre tensa sus piernas me enloquece. La forma en que remueve sus nalgas en mi cama me saca de mis cabales. —¡Qué vergüenza me ha decírtelo, Erick! —¿Qué vas a pensar de mí? —Por Dios, qué vergüenza.

A mi madre se le vuelven a teñir las mejillas mientras remueve su grandísimo culo sobre mis almohadas, donde yo suelo colocar mi cabeza por las noches cuando descanso. Y de forma siniestra me llega una fugaz fantasía donde me veo acostado en esa cama, y en lugar de la almohada ahora está mi cabeza en el mismo lugar, mirando hacia arriba, y mi madre está allí, a cuclillas casi sentadas sobre mi cara, y mis vistas están embobadas contemplando tamaño culazo con su coño expuesto ante mí, y mi lengua abriéndole los pliegues vaginales, y mi boca empapada, y mis dientes mordiendo sus labios hinchados, y mi nariz aspirando su olor de madre cachonda.

Y me froto los ojos, respiro hondo y me siento culpable por pensar en estas alucinaciones tan siniestras, tan burdas y tan sucias con mi propia madre. ¿Me obligo a serenarme? Tengo que poner mi cabeza en frío. Esto no está bien. Nada bien. Intento sonreír, luchando por apagar de mi cabeza esas imágenes lujuriosas donde he logrado imaginarme a mi padre quitándole la ropa a mi madre, muy lentamente, mientras ella se deja ser, quedando desnuda, desbordante de sus carnes en pecho sin algas, con su vulva hinchada humedecida, palpitando. Y él introduciendo uno de sus dedos dentro de sus labios verticales, hundiéndolos entre esa pegajosa gruta.

¿Vergüenza por qué, madre? Sonrió nervioso, si ustedes eran pareja.

Es lógico que le pidieras que te desnudara. Es lógico que él te acariciara todo el cuerpo.

Es lógico que él, pues, que él. Que él te follara como una puta, madre, digo en silencio y de nuevo un aire caliente me sopla en la nuca. Quiero decir que es obvio, que él, hiciera lo que fuera que tú le pidieras, porque era tu esposo. Mamá pestañea y yo con cuidado muevo mi entrepierna, en la cual se alcanza a distinguir mi peninchado. Sus ojos se cristalizan y miran hacia otro lado.

Mierda, lo último que quiero es lastimarla haciéndola recordar al viejo.

Hey, hermosa, está bien.

Comentarios de Un Plan Perverso. Capítulo 2 6n2hr

Apoya a este programa para poder participar en la conversación.