
Descripción de True Crime 65m3y
Hay historias de true crime que parecen sacadas de una novela… y hay novelistas con pasados más oscuros de lo que jamás imaginaríamos. En este episodio, exploramos un caso real que parece ficción y, además, hablamos de otros libros que han convertido crímenes reales en literatura, desde A sangre fría hasta las historias que siguen obsesionándonos hoy. q1d1g
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
La noche del 7 de marzo, Daniel Adorado, de 36 años, fue vista por última vez corriendo por las calles desiertas del barrio de Las Alamedas. Testigos afirman haberla visto agitada, mirando constantemente sobre su hombro, como si alguien la persiguiera. Las cámaras de seguridad registraron sus últimos momentos.
En las imágenes se la ve doblando una esquina apresuradamente antes de desaparecer de la vista. Minutos después, una figura masculina vestida de oscuro aparece en la misma grabación, siguiendo la misma dirección con calma y seguridad. Horas más tarde, su cuerpo fue encontrado en un callejón sin salida, oculto tras unos contenedores de basura.
Presentaba una herida profunda en el abdomen, lo que indica que el ataque fue rápido y letal. No se hallaron signos de defensa, lo que sugiere que la víctima estaba en estado de shock o que el agresor la tomó completamente desprevenida. Uno de los detalles más inquietantes del caso es que el asesino no se limitó a matar, sino que pareció disfrutar del sufrimiento de su víctima. No hubo robo, no hubo agresión sexual, solo una cacería macabra. La investigación sigue en curso, pero todo apunta a que no se trató de un crimen al azar. El perfil del asesino sugiere que podría haber actuado antes y que si no es detenido, lo hará de nuevo.
La cacería es la mejor parte. Primero, el miedo. Esa mirada de sorpresa cuando se dan cuenta de que la sigo. Luego, la desesperación, cuando corren sin rumbo como presas atrapadas en un laberinto. Me divierte. Ella no fue diferente.
Tropezaba, jadeaba, miraba hacia atrás con los ojos llenos de terror. Me dejé ver disfrutando su lucha inútil. Sabía que encontraría ese muro. Sabía que ahí todo llegaría a su fin. Cuando se volvió para enfrentarme, supe que había ganado.
Sus palabras salieron temblorosas, sin convicción. No respondí. No era necesario, solo dejé que la hoja hiciera su trabajo. La sentí resistirse un instante, luego ceder.
Su sangre caliente salpicó mis dedos, una sensación que nunca deja de emocionarme.
Me arrodillé a su lado, observando cómo su mirada se apagaba poco a poco. Ese momento, ese preciso instante en el que la vida desaparece, es lo que me hace volver a hacerlo una y otra.
Cuando finalmente dejó de moverse, me puse de pie, satisfecho. Ya era hora de encontrar a la siguiente víctima. Hola, hola y bienvenidos una semana más a vuestro podcast seo de literarios.
Somos Dani y Estefanía y le pese a quien le pese, somos Mariel Endres Podcast. ¿Qué tal, Estefanía? ¿Mucho miedo vamos a pasar hoy? Es inquietante lo que va a pasar en este episodio.
¿Por qué hablas así? Como si fueses una argentina. No, que soy Beatriz de Vicente.
Ah, no hablas así. ¿No? ¿La imito fatal? Sí. Es que como Beatriz de Vicente no hay nadie.
Solo hay una desde aquí, hola, hola. O sea, ¿me fascina esa mujer tanto? Bestias.
Bestias. El asesino se rodeaba, cogió los huesitos de la víctima, se los comió, le encantaba, se puriaba la sangre, le resbalaba por la boca, qué bueno, qué rico.
Es que cuando me lo llevo a lo porno me queda mejor, porque la Beatriz de Vicente tiene ese punto de guarrilla. Después de esto ya creo que el podcast está hecho. Sí, ya podemos acabar.
Qué rico. ¿Qué tal tu primera semana sin prácticas? Pues, a ver, triste porque es como que me falta algo cada mañana, pero tengo que decir que el día me cunde un montón, porque tengo muchas más horas. Sí, sí, pero bueno, la verdad es que ha sido... Bueno, ¿sabes eso que dices? Te levantas por la mañana y dices, ¿a dónde voy? Pero bueno, bien, he vuelto un poco a mi anterior normalidad.
Estoy como saliendo del COVID. Y bueno, te he vuelto a la oficina todo el día, he soportado a todo el mundo, que digo, después de tantos meses viéndoles media jornada. Y nosotros a ti, nosotros a ti. Bueno, yo soy un encanto. Y he vuelto al teletrabajo algún día de la semana, que eso también está bien. O sea que, nada, bien, bien. Nos estamos adaptando.
¿A quién saludas? A uno, ¿qué pasa? Digo, que ya tienes fans. Sí, sí. Pues nada, ¿te parece que tiramos millas? Tiramos porque el capítulo es largo, ¿eh? Es largo, ¿no? Bueno, pues nada, ponemos... Está cargado de cosas.
Ponemos cabecera y empezamos. Dale.
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