"Servicio de metro" de Alfonso Álvarez Villar. Relato de zombis de "La Biblioteca universal de misterio y terror" x5x2d

Un paraje idílico una escritora en busca de inspiración pero bajo las aguas del pantano se oculta un auténtico misterio alguna vez te has preguntado cuál es la verdadera naturaleza del mal del baño el val vendrá entre las nubes todo cuando los siglos se reduzcan a cenizas de elena rubio ya en librerías y venta online servicio de metro de alfonso álvarez villar había bebido demasiado cuando cerraba los ojos veía un desagradable carrusel de colores intentó caminar erguido diez metros veinte metros se agarró disimuladamente a un farol el chivato de un taxi lució en una esquina como un piper min al fuego de la lumbre dax y da sí lo siento señor no está usted en condiciones masculló una blasfemia y cerró la puerta con ella a pocos pasos de él abría su boca como una iguana nocturna el metro la reja no había sido cerrada del todo manaba una alita de enfermo febril descendió las escaleras y corrió la reja los suficientes centímetros para poder pasar las taquillas estaban desiertas río la primera vez que dejo de pagar su risa de beodo retumbó en los pasillos abovedados la pueda acoger al último tren y lentamente fue recorriendo los pasadizos cubiertos de billetes usados hasta llegar al andén la luz fluorescente no había sido desconectada en la entrada del túnel lucían los pilotos verdes la cabina del jefe de estación estaba aún ocupada por un hombrecillo de barba roja que se restregaba los párpados lo siento ya no hay servicio fíjese en la hora tendrá que salir por donde entró musitó medio dormido al ver al viajero luego sacó un manojo de llaves cerró la cabina y se introdujo en los lavados deshizo el trayecto recorrido pero una mano desconocida había limpiado los pasillos las taquillas seguían vacías introdujo su cabeza por el enrejado de acero hacia el inmenso témpano de la noche alguien había cerrado la puerta durante esos minutos que transcurrieron mientras él tanteaba los s al andén una mano helada pasó una bayeta sobre su cerebro alcoholizado considero serenamente su situación podría pedir socorro desde la puerta en cuyo caso tendrían la policía los bomberos y sabe dios quién más al día siguiente aparecería una nota periodística hablando del hombre atrapado en el metro y a él no le interesaba que ciertas personas se enteraran de su presencia en aquella ciudad o podía en caso contrario dormir cómodamente estirado sobre uno de los asientos delante faltaban sólo cinco horas para que abriesen y se reanudarán los servicios del metro no sería el primero que durmiese allí se decidió por esta segunda alternativa volvió a la estación ahora las luces eran más tenues