
Descripción de Sara Buesa en el XXV In Memoriam 284j55
Os dejamos el audio de la intervención de Sara Buesa, en el acto del 25 aniversario In Memoriam a su padre Fernando Buesa, asesinado por la banda terrorista ETA. Cada mañana la iba a ver sentía verdadera iración, nunca vio tanta belleza concentrada en una flor. Sus pétalos rojos brillaban cuando los acariciaba el sol, mil sentimientos brotaban en su interior. Una mañana el jardinero vio que la rosa se marchitaba, y una lagrima resbalo por su mejilla… 133op
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Cada mañana la iba a ver. Sentía verdadera iración. Nunca vio tanta belleza concentrada en una pequeña flor. Sus pétalos rojos brillaban cuando los acariciaba el sol. Mil sentimientos brotaban en su interior. Una mañana el jardinero vio que la rosa se marchitaba y una lágrima resbaló por su mejilla. Sintió que perdía su rosa.
—Jardinero, ¿por qué lloras? —le preguntó la rosa. —El verano llega a su fin. El frío llegará y tú me abandonarás. La rosa respondió, —Mientras me encuentre en tus pensamientos y en tu corazón, yo nunca moriré.
Esta es la historia de una rosa, joven y entusiasta. Llena de frescura y vitalidad.
Detallo noble y robusto. En sus pétalos florecen sueños e ideales. La libertad, la fraternidad, la justicia social, la igualdad de oportunidades.
Miro esta rosa y te veo a ti, Aita. Con conciencia social, de fuertes convicciones, optimista, apasionada. Me encantan las personas que viven con pasión, que aman lo que hacen y transmiten esa vocación. Tú encontraste tu razón de ser y de vivir alineado con tus valores. Pensar que viviste como quisiste y que tu compromiso político dio un profundo sentido a tu vida, siempre me ha llenado de consuelo.
Las personas que luchasteis por la democracia fuisteis especiales, compartisteis vivencias que otras generaciones no somos capaces de entender. Teníais un sentido del compromiso cívico y del bien común que hoy en día se ha diluido. Supongo que cuando todo está por conseguir, nada se da por hecho y cada conquista se aprecia y se valora. ¿Cómo me gustaría poder transportarme a aquella época? Mirar por un agujerito y ser testigo de tus momentos significativos.
Sentir cómo vivías las manifestaciones estudiantiles, los encuentros de las comunidades cristianas de base, las reuniones clandestinas, tu militancia política, la ilusión por construir un mundo nuevo. Últimamente la vida me trae a esa época tuya y en ocasiones hay momentos en los que puedo llegar a sentir lo que sentías.
Parece mentira, 25 años después y sigo descubriendo cosas y conectándome contigo de nuevas maneras. Es como si hubieras dejado un rastro de huellas y señales con las que me voy encontrando a medida que evoluciono y que mi vida avanza. Quizás cuando estoy preparada para verlas. Hay cosas de ti que reconozco en mí desde siempre, la vocación social, el motor interno de compromiso, la diversidad de inquietudes.
Recuerdo nuestra última conversación juntos tomando café después de comer justo antes de que salieras de casa el día que te mataron. Yo estaba cansada y me saltó una clase del conservatorio. Hablamos de todas las cosas que yo hacía, la universidad, la música, los idiomas, el voluntariado, sin privacidad.
Nos involucramos en muchas cosas y además nos gusta hacerlas bien, pero a veces hay que saber priorizar, quizás dejar algo. Sigo sin ser muy buena en eso, Aita. Tú tampoco lo eras. Hay otras cosas que conozco de ti pero que yo no había sentido como propias. Las raíces cristianas de tus convicciones. Yo no soy creyente, me considero más espiritual que religiosa.
Me he movido en foros ciudadanos de reflexión y diálogo, pero no en círculos de la iglesia. Sin embargo, ahora comprendo que desde distintos lugares se puede compartir la misma base humanista y de valores. Me conecto con el lugar desde el que lo hiciste tú y lo siento hermoso y acogedor. Tampoco sentía como mía tu vivencia en la política.
Sabes que mi relación con ella ha sido un poco ambivalente. Siempre he conectado con la vocación de servicio público y con la nobleza de la política como herramienta para solucionar los problemas cotidianos y para mejorar nuestra sociedad. Sé que tú la vivías de esa manera y ese sentir está también en mi corazón.
Al mismo tiempo, la política representó para mí aquello que nos condicionó la vida y nos robó tiempo familiar. Un mundo duro, hostil y deshumanizado que se llevó tacto de ti.
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