Nos vemos en la cima: Deja de esperar milagros y empieza a construir tu éxito. 634o6s

Hola a todos y bienvenidos a Ideas para Vivir Mejor, el espacio que te ayuda a crecer personal y profesionalmente aunque no tengas tiempo para devorar todos esos libros o para hacer todos esos cursos maravillosos que podrían transformar tu vida. Soy Eugenio Paya Ruiz, lector empedernido, escritor y experto en desarrollo personal, y hoy te traigo el resumen de un libro que se llama Nos vemos en la cumbre. Está escrito por Zig Ziglar. El libro nos dice que la mayoría de las personas creen que el éxito es cuestión de suerte, o peor aún, creen que el éxito es cuestión de genética.

Creen que si uno nace con talento simplemente triunfa y si no pues toca agachar la cabeza, toca quejarse mucho y toca echarle la culpa al sistema o al gobierno. Cuando las cosas no salen como como esperabas, en vez de hacerte responsable, este tipo de personas se inventan una excusa y normalmente siempre es la misma. Es que yo no valgo para eso.

No hombre no, no es que no valgas, es que no te lo has trabajado lo suficiente, es que te has rendido antes de empezar y a eso se le llama la cojera del perdedor. Esa excusa que te permite fracasar una y otra vez sin sentirte culpable. Es muy cómoda, efectivamente, pero también es muy destructiva. La realidad es que tú ya tienes todo lo que necesitas para triunfar. Sí, tú y yo, todos.

Porque el talento, en la mayoría de los casos, es una exageración. Lo que de verdad marca la diferencia es la mentalidad. Y eso se puede entrenar, eso se puede cambiar. La base de la mentalidad es cómo te ves a ti mismo. Es lo que los psicólogos llaman la autoimagen, la autopercepción.

Si tú crees que eres un inútil, ¿sabes lo que va a pasar? Que vas a actuar como un inútil y lo peor es que no te vas a dar ni cuenta. Y esto viene muchas veces desde la infancia, como casi todo.

Un padre cansado, una madre nerviosa, un profesor frustrado que te suelta algo como eres un torpe, o no sirves para nada, o nunca llegarás a nada, y ya está. Te lo tragas, te lo crees. Y lo peor es que a lo mejor lo arrastras toda la vida como si fuera una piedra que llevas atada al cuello. Pues claro, porque la forma en la que te ves influye directamente en cómo actúas. Si tu autoimagen, tu autopercepción está por los suelos, da igual lo listo que seas, da igual lo preparado que estés, da igual lo bien que te vistas, vas a terminar saboteándote. Te vas a poner la zancadilla tú solo.

Hay un experimento que nos cuenta el libro en el que dividieron a unos alumnos en dos grupos.

A un profesor le dijeron, mira, estos chicos y chicas son normales, son del montón. Y a otro profesor le dijeron, mira, esta clase son todos unos genios, son unos cerebritos. Mentira, eran todos igual de mediocres o igual de buenos. Pero ¿sabes qué? Al final del curso, los genios, supuestos genios, estaban un año por delante. ¿Por qué? Porque alguien esperaba algo de ellos.

¿Y qué pasaba? Pues que ellos entonces también empezaban a esperar algo de sí mismos. Y esto no solamente pasa con los niños, pasa también con las personas adultas. Te pongo otro ejemplo, ese vendedor que no confía en sí mismo. Ese vendedor que tiene miedo al rechazo, que se arrastra, que dice que sí a todo el cliente, que le quiere caer bien. ¿Y qué pasa? Pues que mientras se arrastra, los demás le pasan por encima. ¿Y qué pasa entonces? Que ese vendedor no vende, que no lidera, que no asciende.

Y no porque no pueda, sino porque no se lo cree. No se lo cree. Si no cambia la película que se cuenta a sí mismo, si no reprograma de alguna forma su cabeza, está perdido. Absolutamente perdido. ¿Has tenido alguna vez una imagen negativa de ti mismo? ¿Has sentido alguna vez que no valías o que no dabas la talla en algún sitio? Pues permíteme decirte que eso nos ha pasado a todos, tal y como nos dice el libro. Pero que te haya pasado no significa que tengas que vivir así. La buena noticia es que esa percepción