
No está muerto quién puede yacer eternamente - Lovecraft 1a6f6u
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No está muerto quién puede yacer eternamente - Lovecraft Corte especial extraído del relato "La llamada de Cthulhu" #lovecraft #cthulhu #horror ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/660711 5ym2p
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Adoraban, dijeron, a los grandes antiguos, que eran muy anteriores al hombre y que habían llegado al joven mundo desde el cielo.
Esos antiguos se habían retirado ahora al interior de la tierra y al fondo del mar, pero sus cadáveres se habían comunicado en sueños con el primer hombre, quien inventó un culto que nunca había muerto.
Ese era ese culto y los prisioneros dijeron que había existido siempre y que siempre existiría, juntándose en lejanías desiertas y lugares retirados hasta que el gran sacerdote Khutul saliese de su sombría morada en la ciudad submarina de R'halche para reinar otra vez sobre la tierra.
Un día vendría cuando los astros ocuparan una determinada posición y el culto secreto estaría allí, esperándolo.
Mientras tanto no podían decir nada más, se trataba de un secreto que ni la tortura podría arrancarles.
La humanidad no era lo único consciente en la tierra, pues había unas formas que emergían de la sombra para visitar a sus escasos fieles, pero estas no eran los grandes antiguos, ningún ser humano había visto a los antiguos.
El ídolo de piedra representaba al gran Khutulu, pero nadie podía decir si los otros eran o no como él, nadie era capaz de descifrar ahora la antigua escritura, muchas cosas se transmitían anoralmente, la invocación ritual no era el secreto, éste no se comunicaba nunca en voz alta, el canto significaba...
En su morada de R'halche, Khutulu, muerto a guardas soñando, ciclos muy lejanos, otros seres habían gobernado la tierra, habían vivido en grandes ciudades y sus vestigios podían encontrarse aún, le habían dicho a Castro los inmortales de China, en unas piedras enciclópeas de algunas islas del Pacífico.
Habían muerto muchísimo antes de la aparición del hombre, pero había artes que podrían revivirlos cuando los astros volvieran a ocupar su justa posición en los cielos de la eternidad.
Otros seres, indudablemente, procedían de las estrellas y habían traído sus imágenes con ellos.
Estos grandes antiguos, continuó Castro, no eran de carne y hueso, tenían forma, pero esta forma no era material, no lo probaba caso esta imagen estelar.
Cuando las estrellas eran propicias, iban de mundo en mundo a través del cielo, pero cuando eran desfavorables, no podían vivir, pero aunque ya no viviesen, no habían muerto en realidad.
Yacían todos en casas de piedra en la gran ciudad de Ralche, preservada por los ortilegios del gran Cthulhu, para el día que las estrellas y la tierra pudiesen recibir su gloriosa resurrección.
Pero en esa época, alguna fuerza exterior debía ayudar a la liberación de sus cuerpos.
Los conjuros que impedían que se descompusieran, impedían también que se moviesen, y los antiguos tenían que contentarse con yacer y pensar en la oscuridad mientras transcurrían millones de años.
Conocían todo lo que sucedía en el mundo, pues su lenguaje consistía en la transmisión del pensamiento.
En ese mismo instante, hablaban en sus tumbas, cuando luego de un caos infinito, aparecieron los primeros hombres.
Los grandes antiguos hablaron a los más sensibles, moldeando sus sueños.
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