
Descripción de LA MUERTA 4u2f4m
La muerta es un relato de terror del escritor francés Guy de Mauant. Los cementerios. son uno de los escenarios principales del relato gótico. Aquí, Guy de Mauant utiliza este tópico con elegancia, desarrollando uno de los mejores relatos de cementerios de la historia. Las circunstancias que rodean a La muerta son las habituales en este tipo de relatos: un enamorado que pierde a su amada, quien fallece tras una repentina enfermedad; a continuación, Guy de Mauant coquetea con la melancolía, el dolor, la nostalgia, y finalmente rompe con todos los esquemas. Atormentado por un dolor casi voluptuoso, aquel enamorado decide pasar la noche en el cementerio para llorar a su amada sin ser visto por testigos curiosos, y acaso para velar por su alma. Pero algo sucede: aquellos solemnes cadáveres del cementerio, cuyas tumbas están cubiertas con títulos, fechas y horrendos recordatorios, parecen sentir el irresistible impulso de levantarse de sus tumbas y borrar las mentiras inscritas en sus lápidas. ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/1234754 61s6u
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La hora del insomnio presenta la muerta cuento escrito por gui de mopasán grabado por darío gómez lima y narrado por jorgetito gómez cabrera la había amado desesperadamente porque se ama cuán extraño es ver un solo ser en el mundo tener un solo pensamiento en el cerebro un solo deseo en el corazón y un solo nombre en los labios un nombre que asciende continuamente como el agua de un manantial desde las profundidades del alma hasta los labios un nombre que se repite una y otra vez que se susurra incesantemente en todas partes como una plegaria voy a contarles nuestra historia ya que el amor sólo tiene una que es siempre la misma la conocí y viví de su ternura de sus caricias de sus palabras en sus brazos tan absolutamente envuelto atado y absorbido por todo lo que procedía de ella que no me importaba ya si era de día o de noche ni si estaba muerto vivo en este nuestro antiguo mundo y luego luego ella murió como no lo sé hace tiempo que no sé nada pero una noche llegó a casa muy mojada porque estaba lloviendo intensamente y al día siguiente tosía y toseó durante una semana y tuvo que guardar cama no recuerdo ahora lo que ocurrió pero los médicos llegaron escribieron y se marcharon se compraron medicinas y algunas mujeres se las hicieron beber sus manos estaban muy calientes sus sienes ardían y sus ojos sus ojos estaban brillantes y tristes cuando yo le hablaba me contestaba pero no recuerdo lo que decíamos luego he olvidado todo todo todo ella murió y recuerdo perfectamente su leve débil suspiro la enfermera dijo ah y yo comprendí yo comprendí me consultaron acerca del entierro pero no recuerdo nada de lo que dijeron aunque si recuerdo el ataúd y el sonido del martillo cuando clavaban la tapa encerrándola a ella dentro o dios mío dios mío y ya estaba enterrada enterrada ella en aquel agujero vinieron algunas personas mujeres amigas me marché de allí corriendo corrí y luego anduve a través de las calles regresé a casa y al día siguiente al día siguiente emprendí un viaje ayer regresé a parís y cuando vi de nuevo mi habitación nuestra habitación nuestra cama nuestros muebles todo lo que quedaba de la vida de un ser humano después de su muerte me invadió tal oleada de nostalgia y de pesar que sentí deseos de abrir la ventana y de arrojarme a la calle no podía permanecer ya entre aquellas cosas entre aquellas paredes que la habían encerrado y la habían cobijado que conservaban un millar de átomos de ella de su piel y de su aliento en sus imperceptibles grietas cogí mi sombrero para marcharme y antes de llegar a la puerta pasé junto al gran espejo del vestíbulo el espejo que ella había colocado allí para poder contemplarse todos los días de la cabeza a los pies en el momento de salir para ver si lo que llevaba le caía bien y era lindo desde sus pequeños zapatos hasta su sombrero me detuve delante de aquel espejo en el cual se había contemplado ella tantas veces tantas veces tantas veces que el espejo tendría que haber conservado su imagen estaba allí de pie temblando con los ojos clavados en aquel cristal en aquel liso enorme vacío cristal que la había contenido por entero y la había poseído tanto como yo tanto como mis apasionadas miradas sentí como si amara aquel cristal lo toque estaba frío el recuerdo
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