
En este programa hablaremos de la tradición Lichtenauer. Un grupo de autores que, a lo largo del tiempo hacen referencia a una misteriosa figura que quizá ni siquiera haya existido. Aunque estos autores tienen libros sobre varias armas, incluida la lucha, es conocida especialmente por la espada larga. Conoce con nosotros esta tradición esgrimística de la mano de Denis Carreira, instructor de esgrima histórica y fundador de Arte do Combate, además de miembro de AGEA editorial y autor del libro "Ha Uma Unica Arte da Espada". Música del episodio: Ungarischer Tantz. 5k2615
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Esto es Amicro y Espada, tu podcast de esgrima histórica.
¡Buenas a todos! Bienvenidos a un nuevo programa de Amicro y Espada.
Y hoy, aunque vamos a hablar otra vez de cosas relacionadas con la espada larga, ese arma del demonio, no vamos a tratar de maestros italianos.
Hemos dejado de ser una trattoria, por lo menos de momento.
Y vamos a hablar de tradición alemana.
Y para ello me he traído a Denis Carabarida.
Hola, Denis.
Hola.
Porque él trabaja, evidentemente, la tradición de Liechtenauer, sea quien sea, si es que fue ese señor.
Ya nos irás comentando, Denis.
Así que te dejo el micro.
Bueno, pues el público del podcast creo que más o menos ya nos conoce de otras ediciones.
Espera, nos conocerán por programas como la espada ropera, por Troy McClure.
Por ejemplo.
O el muy reciente programa sobre la editora.
Bien, también.
Bueno, a ver.
Sí, efectivamente.
Yo estudio la tradición de Liechtenauer, que es como me gusta llamarla.
La gente a veces por ahí la llama esgrima alemana, un poco como contraposición a la esgrima italiana normalmente asignada a Fiore, a Fiore Furluno di Liberi.
Pero esa es una postura decimonónica.
Es esta idea de los estilos nacionales y estas cosas.
Pero en el año 1400, que es más o menos el año del que estamos hablando, no existe Italia, como lo entendemos hoy.
Existe una Italia geográfica.
Hay una península itálica, diríamos, propiamente.
Pero no existe el Estado italiano.
No existe la nación italiana garibaldiana, digamos.
Y tampoco existe la Alemania que tenemos hoy en día en la cabeza.
Ni Italia, ni la Francia, ni nada.
Entonces, bueno, hacer esas asignaciones es siempre un poco problemático porque dibuja unas fronteras que en la altura no existen.
Y, de hecho, el propio Fiore es Fiore Furluno di Liberi di Cividale d'Austria.
Cividale, la ciudad a la que está asignado, es austríaca.
Es de Österreich, o sea, del este, ¿no? Sí, sí.
Austria nos ha dado cosas como grandes esgrimistas y pintores no tan conocidos.
Sí, efectivamente.
Que igual podrían haber sido pintores en vez de otras cosas.
Yo sé que le he quitado las ganas, pero, joder, se quedó tranquilo.
Pero, bueno, quiero decir que es otro mundo.
Entonces, creo que no es muy sano quedarnos con esas ideas del estilo nacional.
Porque, entre otras cosas, después no tienen mucho que ver entre sí.
O sea, dentro de la esgrima alemana, entre comillas, tendríamos que meter a tradiciones diferentes de la de Liechtenauer, junto con Liechtenauer, que en realidad no tienen que ver entre sí.
Y dentro de la esgrima italiana, entre comillas, tenemos que meter autores que son dispares en el tiempo y en el espacio también.
Entonces, eso es muy gratuito.
Y eso pasa en la esgrima histórica y en muchos otros contextos.
O sea, no es solo un problema de, digamos, Fiore o Liechtenauer, o la esgrima alemana o la esgrima italiana.
Yo creo que lo más honesto es hablar siempre de autores.
De autores y, sobre todo, de las fuentes con las que estás trabajando.
Y esto ata un poco con el episodio que mencionábamos de la editora.
Que a nosotros nos gusta trabajar pegados a los textos, pegados a las fuentes que describen el arte marcial que practicamos.
Incluso en otras tradiciones muy bien documentadas, como la destreza, por ejemplo.
Joder, no es lo mismo hacer la destreza de Pacheco que hacer la destreza de Rada.
No, nada que ver además.
Es lo mismo en cuanto a estilo y tal, pero son armas distintas.
Están conectados, hay una conexión.
Pero son autores diferentes, con aproximaciones diferentes y alguno llamaría oreja al otro.
Sobre todo uno.
Sobre todo uno, efectivamente.