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Hackers en el estrecho: Taiwán y China suben el firewall. Irán afina su censura: las cantantes, en mute 72644d
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Asia es el epicentro de las grandes transformaciones del siglo XXI. En Ecos de Asia, desentrañamos las noticias más relevantes del continente con un enfoque narrativo, ágil y crítico. Desde los giros inesperados de la geopolítica hasta los avances científicos que desafían los límites de la realidad, cada episodio te lleva al corazón de los acontecimientos que moldean el mundo. ¿China y Taiwán en una nueva guerra digital? ¿Un tratamiento que convierte tumores en grasa de cerdo? ¿Las plantaciones de palma aceitera desatando una crisis con cocodrilos en Indonesia? Aquí no solo te contamos lo que pasa, sino por qué importa. Si buscas información clara, análisis profundo y una dosis de ironía cuando la ocasión lo amerita, este es tu podcast. Suscríbete y acompáñanos en este recorrido por la Asia que no siempre aparece en los titulares, pero que nunca deja de sorprender. ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/2491431 573235
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¡Feliz cumpleaños! ¡Tú, chico, hablas otra vez! Si algo nos enseñan las noticias de esta semana, es que el mundo nunca deja de girar en la dirección más inesperada.
Mientras China acusa a Taiwán de estar detrás de ciberataques, la industria de los chips sufre por las tensiones geopolíticas y la ciencia avanza hasta el punto de convertir tumores en algo parecido al tocino.
En el otro extremo, la política sigue su curso habitual de absurdos Londres, se llena de protestas por una embajada gigante.
Tailandia enfrenta las consecuencias de sus decisiones diplomáticas y en Irán, las mujeres vuelven a ser blanco de represión solo por cantar.
Pero no adelantemos conclusiones.
Vamos a desglosar la semana, pieza por pieza.
Empecemos en China, donde Pekín ha señalado a cuatro taiwaneses como los responsables de una serie de ciberataques y campañas de desinformación contra el país en los últimos años.
Según el Ministerio de Seguridad del Estado, estos individuos trabajan dentro del Comando de Defensa Cibernética de la isla y han atacado redes gubernamentales chinas.
La acusación es un capítulo más en la eterna pugna entre China y Taiwán, donde la tecnología y la información se han convertido en armas de guerra, tanto como los misiles y los barcos de guerra.
Pero si en el mundo digital la lucha es política, en el mundo médico la batalla es contra el cáncer.
Investigadores chinos han desarrollado un tratamiento experimental que transforma los tumores en algo similar a la grasa de cerdo, permitiendo que el propio sistema inmunológico los elimine.
Aunque pueda sonar sacado de una historia de ciencia ficción, este avance representa una de las estrategias más audaces en la búsqueda de una cura para el cáncer.
Si los ensayos clínicos confirman su efectividad, podríamos estar ante una revolución en la oncología.
No tan revolucionario, pero sí drástico.
Es el desplome de las exportaciones surcoreanas de semiconductores a China.
En febrero, las ventas cayeron un 31,8% respecto al año anterior, una contracción aún mayor que la de enero.
La razón es clara, las restricciones impuestas por Washington están asfixiando el de China a la tecnología más avanzada.
Pekín, por su parte, acelera el desarrollo de su propia industria de chips, pero la brecha sigue siendo amplia.
Mientras tanto, en Tailandia, el gobierno se encuentra bajo presión tras la deportación de 40 uigures a China.
Estados Unidos no tardó en reaccionar con sanciones contra funcionarios tailandeses, acusando a Bangkok de ignorar las violaciones de derechos humanos que enfrentan los uigures en suelo chino.
El gobierno tailandés insiste en que está monitoreando el bienestar de los deportados, pero la decisión ha avivado la indignación internacional.
Otra disputa diplomática que se avecina tiene que ver con el Dalai Lama.
El líder espiritual tibetano ha sugerido que su sucesor podría nacer fuera de China, lo que pondría a Pekín en una situación incómoda.
Para el gobierno chino, la elección de la próxima reencarnación del Dalai Lama es un asunto de Estado y perder el control sobre este proceso podría significar un golpe para su dominio sobre el Tíbet.
Se avecinan.
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