ESCUELA BÍBLICA DIOCESANA - 12 DE MARZO 3e625e

La Diócesis de Sonzón, Río Negro y esta emisora presentan la serie radial Escuela Bíblica Diocesana Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, más penetrante que espada de doble filo, y penetra hasta donde se dividen el alma y el espíritu, los huesos y los suétanos, y disierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Sean todos bienvenidos.

Un cordial saludo a todos ustedes oyentes de este programa radial de la escuela bíblica.

Hemos venido tratando generalidades y curiosidades de la Biblia. Hoy los acompaña en el tema de Nínive y Babilonia el padre Saúl Nicolás Duque García, amante y estudioso también de las Sagradas Escrituras. Como dice el salmista, grandes son las obras de Dios y dignas de estudio para los que las aman. Bien, en nuestro programa entonces nos vamos a dedicar a dos grandes nombres y dos grandes culturas como lo es Nínive y Babilonia.

En la Sagrada Escritura en muchas ocasiones encontramos estos dos nombres. Es importante también pues para ustedes ir al mapa y poder ubicar estas grandes culturas, lo que es Nínive y lo que es Babilonia, para poder también comprender el contexto en el que fueron escritos muchos textos de la Sagrada Escritura.

Bien, en primer lugar hablemos brevemente porque son solamente elementos que uno logra abordar en estos breves minutos de nuestro programa. Nínive, tenemos que decir que corría el segundo milenio antes de Cristo y ya Nínive era conocida desde Mesopotamia hasta Egipto por ser el lugar de culto de Ishtar. ¿Quién era esta diosa Ishtar? Era una diosa cuya estatua tenía supuestos poderes curativos. La sociedad, los ciudadanos le daban muchos poderes a esta diosa, aunque la importancia no era solamente religiosa.

Nínive, al estar situada a orillas del río Tigris, pasaban por allí las rutas comerciales que podían unir el Mediterráneo con el Mar Índico. Este tráfico hizo que la ciudad prosperara y creciera hasta convertirse en una de las más grandes de la antigüedad y también en una de las más codiciadas por los reinos vecinos. Estaba tan bien ubicada que no solamente era próspera sino también codiciada por otros reinos vecinos. Primero, Nínive fue vasalla de Mitanni y a partir de más o menos del siglo 14 antes de Cristo pasó a Asiria.

A diferencia entonces de los urritas que la humillaron regalando al faraón egipcio Amenhotep III su estatua de Ishtar, los monarcas del imperio neoasirio la mimaron con la construcción de palacios y templos. Esto ya nos da pie a pensar cómo Nínive era una ciudad, una zona muy muy próspera y cómo estas construcciones hizo pues que se convirtiera en una de las más grandes e incluso influyentes. El rey Sennacherib la nombró capital imperial en el año 705 antes de Cristo y este rey la va a engrandecer con avenidas, plazas y jardines en torno a su residencia real.