Ep. 040 | Planificación: la diferencia entre control y claridad j524d

Hola y bienvenidos a un nuevo episodio mío del podcast, el diario de Benén.

Hoy quiero hablarte de algo muy sencillo pero muy importante, que es cómo organizarnos sin sentir que estamos intentando tenerlo todo bajo control.

Porque planificarnos debería estresarnos, al contrario, debería darnos calma, claridad y espacio para vivir mejor.

Te voy a compartir algunas cosas personales mías que yo misma he ido cambiando paso a paso en mi día a día para sentir menos ansiedad y más paz.

Son pequeños ajustes que me han ayudado a que mi rutina no me agobie, sino que me acompañe.

Si a ti también te pasa esto, que te estresas al planificar, pues mira, quédate, prepárate un café y vamos a por ello, porque esto viene cosas interesantes.

He traído como 5 ejemplos personales míos de cosas que yo fui cambiando y que a lo mejor también te pueden servir, porque son como ejemplos muy básicos en los que yo me paré a pensar y decir, vamos a ver Belén, es que tienes que estresarte así, no puedes hacer las cosas diferente, porque ¿qué pasa? que somos un animal de costumbre, el ser humano es un animal de costumbre.

Entonces significa que a veces, porque todos los días llevamos la basura a las 9 de la noche, pues no nos paramos a pensar y decir, jo, ¿por qué no lo hago por la mañana cuando vaya?, que me da pereza por la tarde.

Entonces aquí te quiero dar ejemplos muy claros, muy fáciles y, vuelvo y repito, muy personales mías, que yo fui cambiando lo que yo detecté que para mí no funcionaba.

Y oye, a lo mejor eres parecida o parecido a mí y te sirve.

Pues empezamos.

Número 1. No todo tiene que pasar después del trabajo.

Eso fue lo que yo pensé para mí, porque durante mucho tiempo acababa agotada a las 5 de la tarde, que es cuando acabo de trabajar, y aún me quedaban todas esas tareas pendientes, como poner la lavadora, cocinar, ordenar la casa, y eso era súper agotador y, te juro, es que me daba muy mal humor.

Entonces lo que me ayuda ahora es madrugar un poco y poner la lavadora, por ejemplo, a primera hora por la mañana, y la voy a atender antes de que empiece a trabajar, a las 8, o justo antes de mi descanso, al mediodía.

Yo sé que lo que tarda mi lavadora, que la mayoría de las lavadoras modernas ya marca una hora y cuarto, que es lo que tarda la mía, pues digo, vale, la pongo a las 11 y así a las 12 y media, cuando yo tengo el descanso de una hora, me da tiempo tranquilamente de atenderla, que sé ahora, después de mirar mi reloj y todo, de organizarlo, que tardo entre 15 y 20 minutos en atender la ropa, si es una lavadora llena.

Luego eso también lo tengo súper arrajatabla y, claro, no me da mucha la gana y, no sé, y me da rabia, y eso que me gusta atender la ropa y lavarla y tal, pero yo lo hago para no tener ese agobio después del trabajo por la tarde, ¿vale? Porque la sensación de verdad de llegar a la tarde con eso ya hecho, a mí me da muchísima, pero muchísima paz, y es en plan perfecto.

Y yo, por ejemplo, para la lavandería, que somos dos personas en casa, pues yo suelo lavar la ropa los lunes y los jueves.

Es verdad que no siempre tengo la misma energía y, a veces, pues la pongo una vez a la semana sí o sí, ¿vale? Lo tengo como muy ahí que sí, que quiero ponerla, quiero evitar ponerlo los viernes para desconectar y, a veces, pues dejo alguna ropita y, entonces, mi pareja pues también se ofrece a veces el domingo, pues ponerla y tenderla, ¿no? Pero es un trabajo en equipo, digamos.

Pero ese pequeño cambio, por ejemplo, a mí me dio la vida porque yo decía, tío, es que ¿por qué tengo que hacer todo por la tarde? A ver, también, ojo, que estos son, obviamente, consejos para personas que están trabajando desde casa, ¿no? Obviamente, si tú vas a una oficina, pues oye, puedes mirar a ver si eres una persona de querer madrugar y decir, pues mira, ¿sabes qué? Pongo por la mañana la lavadora, pues yo qué sé, a las seis de la mañana me tarda una hora, a las siete la puedo tender y a las siete y media, pues puedo ir al trabajo porque hasta las nueve no empiezo.

Adáptalo a tu horario y a tu estilo de vida.

Obviamente no digo que esta es la fórmula mágica para todos porque cada uno tiene un ritmo de vida diferente y yo soy la que digo, prefiero hacerlo por la mañana o durante el día que llegar a la tarde y decir, pff, qué pereza, ¿no? No quiero hacer ahora nada.

Entonces, yo soy de las que prefiero madrugar, hacer las cosas y después tener la tarde libre y decir, bueno, pues me puedo coger un libro, puedo descansar, puedo comer, que está todo listo.