Entrevista Raúl Cerezo. Codirector del cortometraje 'Mimo' d1771

Raúl Cerezo y Carlos Moriana vuelven a meter sus dedos en el alma del ser humano, en la propia oscuridad de una sociedad, a través de las dos miradas de dos seres inocentes, dos niños. Mimo un cortometraje absolutamente terrorífico por el tema que trata y de la manera en la que lo hace, a través de la inocencia y la dulzura, se equilibran con la balanza del odio, la violencia y la propia maldad.

No quiero comentar mucho más de lo que trata esta historia porque es absolutamente sorprendente y demoledora acerca de lo que trata y es que la violencia machista, evidentemente, es uno de los grandes cánceres que existen en la sociedad. Y ya lo decían nuestros padres de padres gatos, hijos michines, y a veces los hijos terminan siendo un reflejo de lo que se respira en casa, donde en lugar de armonía, por desgracia, existe mucho dolor. Uno de los directores de este trabajo es el maravilloso y buen amigo Raúl Cerezo, que ha trabajado junto a Carlos Moriana en el cortometraje. Raúl, muy buenas.

Muy buenas, Borjita, ¿cómo estás, tío? Pues yo muy contento. Estamos en casa.

Disfrutando de las mieles, ¿no? Porque es un no parar, hijo. Sí, tío, sí, la verdad es que yo es que soy adicto, soy adicto a esto de la ficción y, bueno, la verdad es que tenemos un muy buen momento. Es verdad que La pasajera y viejos, las dos pelis han dado muchos frutos y estoy metido en varios proyectos con varias personas y, bueno, disfrutando mucho, tío, disfrutando mucho de lo que se está produciendo aquello y metido en cosas que estamos estrenando y cosas que estamos empezando la preproducción, películas, o sea que muy contento, tío.

Eres como Silvestre Salón con ese cuadro de Rocky que tienes en tu salón, tío, que empiezas a subir escaleras y etapas, hombre, jolines, está claro, tío. Lo miro cada día, tío, curro y curro y curro y yo creo que trabajando, al final, la estadística de que vayan mejor las cosas siempre es más alta. Sí, señor. Y lo bueno es que te guste, lo es siempre, ¿no? Claro. Yo soy padre y estoy todo el día obsesionado con mis hijos de, por favor, coged lo que os dé la gana, aunque ganéis poco, pero que os guste. Eso es el mayor sueldo que vais a tener en la vida.

Sí, señor. Y aquí tuve suerte. Y te has rodeado de dos pequeñajos como son Leire Marín y Eduardo Aguilar junto a Carlos Moriana en este trabajo que yo hablaba de la inocencia pero es que es espeluznante y es un terrorífico retrato de lo que es la violencia machista en casa.

Sí, la verdad es que, bueno, de cara a los actores quería a alguien veterano como Leire Marín de Macho Salpa y otras tantas y Ama. Y luego quería alguien que debutara precisamente para la inocencia ante semejante acto y a la vez en un rodaje que era Eduardo Aguilar que debuta, es hijo de Midire de foto habitual, de Nacho Aguilar, y bueno, como es un tío que le gusta mucho el cine, incluso ve cine complejo, digo, pues igual entiende todo esto y yo creo que esa magia de la veteranía, de la niña personaje, niña actriz, y la inocencia y el susto del actor que debuta y el niño que no sabe lo que pasa realmente, creo que hemos tenido mucha suerte con eso y está en el corto.

La gente que lo ha visto cuando hemos hecho pases con cine, que tuvimos la suerte de llenar en el esceno dos salas y tal y el silencio que había y la tensión sin saber qué iba a ocurrir porque hasta el final no sabes qué va a ocurrir, se percibe yo creo que por eso, por ese susto y la firmeza de la hermana, entonces yo creo que eso sí que ha salido muy bien esa historia, desde mi punto de vista.

Yo la verdad que cuando lo estaba viendo me evocaba muchísimo recuerdo, yo que sé, de películas, desde El pueblo de los malditos, Quién puede matar a un niño, Juego de niños, Los chicos del maíz, yo creo que hay muchísima, hay muchísimo terror al final en la mirada de un niño porque siempre pensamos qué inocencia, pero al final yo decía en la introducción que los niños son el reflejo de lo que hay en casa y claro hay que tener mucho cuidado.

Sí, la verdad es que yo quería hacer este corto para hacer un drama puro pero viendo que era terrorífico lo que ocurría me lo fui llevando más al terror pero tampoco con los tropos del género, ya ves que no hay música, la cámara no juega con los tropos del terror, es realista, entonces al final esa mezcla de El pueblo de los malditos y de Cría cuervos, de Carlos Saura, me atrajo mucho, cambié mi estilo también de rodaje a algo más documental, más realista.