El enjambre 2-04 6k3r6v

DAZIBAO, SEGUNDA TEMPORADA
PROGRAMA NÚMERO 4
ESTRELLAS
Cuando hablamos de estrellas,
hay una de ellas que brilla con luz propia.
Es la estrella de los magos de Oriente,
o la estrella de los reyes magos.
Cuando se acerca la Navidad,
su figura llega para adornar calles,
parques, balcones, casas.
Es el milagro de la luz hecha Navidad,
hecha estrella.
¿Pero existió esa estrella?
¿Y si fue así, podemos saber algo de ella?
Intentamos desvelar el enigma
de la estrella de los magos de Oriente.
En el capítulo segundo del Evangelio de Mateo,
ella es quien guía a los magos de Oriente.
No son reyes.
Por el nombre que ponen, Magoi,
sabemos que eran unos astrólogos.
De Babilonia, de Persia,
a Poanatolón de Oriente.
¿Dónde estaba esa estrella?
En el templo de judía.
¿Dónde estaba la estrella?
¡Es dovedad!
Está por aquí.
¿Y qué es eso?
¿Es el objeto de un avión?
¿Es el objeto de un autobús?
La profecía de un profeta que no era de Israel, se llamaba Balaam, el de la mirada penetrante
y profunda, el que ve con mayor claridad, dice el texto, el que conoce lo que Dios le
ha dado a conocer.
Él dice así, veo algo en el futuro, diviso algo que está allá lejos, es una estrella
que brota, que nace de la tierra de Israel, una estrella magnífica.
Esto lo conocía el pueblo de Israel, bueno, el pueblo, sobre todo los sumos sacerdotes,
los escribas, el rey Herodes.
Los magos de oriente debieron ver brillar algo, se pusieron en camino, preguntaron a
Herodes y ciertamente conocían lo de la estrella, incluso el lugar donde tenía que
nacer el Mesías, el enviado por Dios.
Herodes les dijo que fueran a buscarlo, los magos de oriente fueron, encontraron al niño
y le ofrecieron todo su afecto, todos sus respetos, con el oro, el incienso y la mirra,
solo sospechaban de Herodes y regresaron por otro camino.
Esta es la historia, ¿Pero existió realmente la estrella o es tan solo un bonito símbolo?
Hacia el año 1604, uno de los mejores astrónomos, los que miden, no los que adivinan, los que
miden los astros, estudió las órbitas de los planetas, descubrió que no eran círculos
o circunferencias, sino que las órbitas eran elipses, y se atrevió a afirmar que la estrella
de los magos de oriente fue la conjunción, es decir, el ver desde la tierra que dos astros
cada uno en su órbita confluyen, están en una línea recta y la visión que tenemos
desde la tierra es como si se fueran juntando dos estrellas y naciera una estrella más
grande. Probablemente, dice Kepler, lo que vieron los magos de oriente es lo que yo he
visto en el año 1604, la aproximación de dos astros, Júpiter y Saturno. Kepler dijo,
y esto se va a repetir, se va a repetir en el año 1682 y en el año 1821 y en el año 1941 y así