Cómo conocer a una persona: El arte de ver a los demás y ser visto. t621w

Hola a todos y bienvenidos a Ideas para Vivir Mejor. Ya lo sabes, el canal de las personas que quieren crecer y que quieren convertirse en su mejor versión, pero que no tienen tiempo para sentarse a leer todos esos libros maravillosos que podrían transformar sus vidas.

Soy Eugenio Payá Ruiz, lector empedernido, escritor y amante del desarrollo personal.

Mi misión es transformar tu vida, mejorarla, a través de los libros. Y para eso, hoy te traigo un libro que se llama Cómo conocer a una persona, un libro escrito por David Brooks.

El libro se plantea si de verdad vivimos en la era de la conexión. Porque eso es lo que nos han dicho. Todo el mundo habla de construir comunidad, de forjar relaciones, de rodearte de gente que te haga crecer, pero luego sales a la calle y ¿qué es lo que ves? Mucha gente pegada a una pantalla. Mucha gente más pendiente del número de seguidores que de los amigos que tiene de verdad. Un like aquí, un emoji allá y parece que ya hemos cumplido con la dosis diaria de interacción humana.

Pero la pregunta que se hace el libro es ¿de qué estamos hablando cuando hablamos de conocer a una persona, cuando hablamos incluso de llegar a forjar una amistad? Pues lo que nos dice es que hay mucho discurso sobre lo importante que es vivir en comunidad, pero que a la hora de la verdad estas cosas no se enseñan en el colegio. Obviamente no hay una asignatura que te diga esto es una amistad y así se cuida una amistad. Y tampoco es que este tema se enseñe mucho en casa normalmente. Así que lo que tenemos como resultado es una sociedad donde la soledad se ha convertido en una epidemia.

Mucha gente no tiene absolutamente ni idea de cómo construir relaciones de verdad, relaciones que duren. Fue George Bernard Shaw que dijo algo así como que el peor pecado hacia nuestros semejantes no es odiarlos. El peor pecado hacia nuestros semejantes es serles indiferentes. Y aquí está una de las claves del libro, la indiferencia. Hacer como que el otro no existe, pasar de largo.

Eso es lo más cruel que puedes hacer y por desgracia también es bastante habitual. Nos pasamos el día hablando de diversidad, de inclusión, de lo mucho que nos preocupan las demás personas, pero la realidad es que al final, en la mayoría de los casos, no digo en todos, pero cada uno va a lo suyo. Cada uno está en su trinchera mirando al otro pero sin ver.

Y soluciones mágicas no hay, eso lo deja bastante claro el libro. No hay un botón con el que podamos resetear la empatía de esta sociedad. Pero sí que hay algo que podemos hacer, algo pequeño pero muy importante. Podemos aprender a ver al otro, a verlo de verdad, sin filtros, sin prejuicios, sin pensar solamente en lo nuestro. Y solamente cuando empecemos a ver a los que tenemos cerca, podremos también empezar a arreglar todo lo demás. Pero antes no. El libro también nos dice lo que es un opacador. ¿Sabes lo que es un opacador? Probablemente no, pero seguro que te has cruzado con uno o con varios.

Es esa gente que no deja espacio, esa gente que convierte cualquier interacción que tengas con él o con ella en un monólogo. Es alguien que usa a los demás como si fueran el decorado de su propia película. Da igual que sea en una conversación, o en una reunión, o en una comida familiar o de amigos. Ellos hablan, ellos imponen, ellos se miran el ombligo todo el tiempo.

Y si te descuidas, esos opacadores te arrastran con ellos a ese agujero negro que es su ego. Pues al igual que existen esos opacadores, también existen los que el libro llama iluminadores. ¿Quiénes son? Pues esas personas que cuando hablas con ellas te hacen sentir que importas. Esas personas que no te importan.