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Ecos de Asia
China se rearma con misiles e IA. Niños bajo presión en Corea. OVNIs en Japón y turismo verde en Laos

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7/4/2025 · 14:37
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Ecos de Asia

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Ecos de Asia es un podcast narrativo que explora los cambios profundos que están transformando el continente asiático y, con él, el equilibrio del poder global. Desde las tensiones geopolíticas en el mar de China Meridional hasta el auge de la inteligencia artificial en Pekín, pasando por la crisis climática en Japón, los conflictos en Myanmar o la revolución tecnológica en India, analizamos cada semana cómo Asia está redefiniendo el siglo XXI. Este podcast conecta eventos dispersos —económicos, sociales, políticos y culturales— para ofrecer una visión crítica y profunda de lo que realmente ocurre en China, Corea del Sur, el Sudeste Asiático, Asia Central, Irán o Kazajistán. En Ecos de Asia no seguimos el ruido de los titulares: seguimos las señales silenciosas que anuncian un cambio irreversible. Ideal para oyentes interesados en geopolítica asiática, relaciones internacionales, economía global, poder tecnológico y transformación social en el continente más dinámico del planeta. Suscríbete, comparte y acompáñanos en este viaje. Porque cuando el mundo hable otro idioma, Asia ya lo habrá escrito en el suyo. ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/2491431 1x6p1u

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Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

En los que un continente entero parece moverse.

No es una sola sacudida lo que lo transforma, sino la acumulación de temblores pequeños, señales dispersas que juntas forman una ola sísmica de cambio.

Asia, en estos días, no grita.

Se desplaza.

Y en ese desplazamiento está reconfigurando las coordenadas del poder global, desde los puertos del Índico hasta las entrañas del Gobi.

En Pekín, las autoridades no lo dicen con estridencia, pero el mensaje ha sido claro China se prepara para una guerra comercial prolongada con Estados Unidos.

Un editorial en el Diario del Pueblo, el órgano oficial del Partido Comunista, sugiere que el país tiene lista sus herramientas de estímulo fiscal y recorte de tasas para amortiguar los nuevos aranceles estadounidenses.

El desplome del índice Han Seng, el mayor desde la crisis de 2008, fue la primera señal visible de que esta segunda guerra comercial no será simbólica.

Va en serio.

Y no afectará solo a China.

Desde Kuala Lumpur, el primer ministro malasio, Anwar Ibrahim, ha confirmado conversaciones con sus homólogos de Vietnam e Indonesia para preparar una respuesta coordinada desde la ASEAN.

Es una novedad histórica, lo que durante años fue un bloque comercial disperso, hoy empieza a actuar como un frente político ante un enemigo común.

Irónicamente, ha sido Donald Trump, con su política de aranceles selectivos, quien ha logrado lo que décadas de cumbres no consiguieron una cierta cohesión asiática.

Pero no todo en Asia se mueve por razones económicas.

En Myanmar, la tierra se ha movido literalmente.

Un terremoto ha dejado más de 3.400 muertos.

Las lluvias que han caído sobre las zonas afectadas amenazan ahora con agravar la emergencia sanitaria.

La ONU ha solicitado más tiendas de campaña, más recursos, más apoyo.

Pero la ausencia de Estados Unidos en la respuesta humanitaria es tan notoria como predecible.

Ese vacío no permanece vacío mucho tiempo.

China e India han comenzado a desplegar ayuda, cada una con su propio cálculo estratégico.

La catástrofe natural se convierte, una vez más, en tablero geopolítico.

En medio del caos, ASEAN mira hacia otro frente la presión militar de Pekín sobre Taiwán.

Las maniobras del Ejército Popular de Liberación se han vuelto rutinarias.

Ya no se trata de mostrar fuerza, se trata de acostumbrar al mundo a su presencia.

Las autoridades taiwanesas temen que uno de estos ejercicios escale repentinamente sin margen de reacción.

Mientras tanto, el G7 lanza comunicados sobre la necesidad de una resolución pacífica.

Pero los comunicados no interrumpen los vuelos ni dispersan los buques.

Al sur, Camboya se prepara para recibir el futuro.

La base naval de RIM ha sido ampliada con infraestructura capaz de albergar portaaviones y centros de entrenamiento conjuntos.

Pekín lo presenta como cooperación.

Washington lo interpreta como una amenaza directa a las rutas marítimas del Pacífico.

La estrategia es clara diversificar el marítimo, reducir vulnerabilidades y garantizar que ninguna crisis futura pueda cortar las arterias logísticas de China.

La ruta del Indo-Pacífico se blinda, una base a la vez.

Y en el interior del país, lejos de los puertos y las costas, China ha lanzado una prueba de misiles en el desierto del Gobi de una magnitud sin precedentes.

No fue un mensaje para sus vecinos.

Fue una demostración hacia el exterior de su creciente capacidad para proyectar poder.

El silencio con que se ha tratado en medios oficiales contrasta con la inquietud que ha generado entre analistas occidentales.

Pero no solo hay armas en el horizonte. También hay laboratorios.

Investigadores de tres universidades chinas han anunciado un avance que, si se confirma, puede cambiar la inmunología moderna de un elevador.

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