EL CAMINO DE REGRESO A LA VIDA. PARTE III 1nz3q

Hace milenios, un sabio hombre llamado Ley dijo Porque es preciso que haya una oposición en todas las cosas Pues de otro modo no se podría llevar a efecto la rectitud Ni la iniquidad, ni tampoco la santidad, ni la miseria Ni el bien, ni el mal, ni el mal Y siguiendo esta premisa, yo quisiera añadir Tampoco podemos disfrutar lo dulce sin haber conocido lo amargo Porque, ¿con qué podríamos contrastar lo uno y lo otro? Y sin poder saber lo que es lo uno y lo otro Y lo que a cada uno nos hace, ¿cómo podríamos elegir? Y sin esta capacidad de elección entre las opciones que se nos presenta ¿Podríamos hablar de albedrío y libertad? Estas preguntas y autoexploraciones Acompañadas por las canciones aleatorias que saltan en la radio Son aquellas en las que me sumerjo Mientras Sergio y Eduardo continúan conversando en el pasillo Cavilaciones que también me llevan a la siguiente reflexión Hace cosa de algunos minutos Sergio me decía Creo que la que más te puede ayudar es la alegría, ¿no? A ti y a todos A lo cual yo prometí Trataré de ser más positivo Pero, ¿cómo puedo cumplir esta promesa? Sin permitirme siquiera vivir honestamente lo opuesto a ella Quiero decir con todo esto Bueno, que he prometido dejarme guiar por la alegría en mi camino de regreso a la vida Cuando en realidad no me he permitido vivir mi tristeza ¿Y por qué no lo he hecho entonces? Simple, porque yo tampoco estoy exento de caer en el condicionamiento social Para esta sociedad está mal mostrarse triste Incluso está mal sentirlo Eso es para lloricas y para gente débil Vas a cansar a la gente con esa actitud Tienes que estar siempre sonriente y brillante Tienes que ser optimista Etcétera, etcétera Esto es lo que la voz de la sociedad repite incesantemente en mi cabeza Y al hacerle caso, ni reconozco mi verdad, ni me entero por qué ¿Y para qué está eso allí? Y mucho menos puedo avanzar hacia otro estado de mí De hecho, y pido perdón de antemano por el siguiente ejemplo Pero es que ilustra bastante bien el punto al cual quiero llegar Fíjense, el gato va al arenero cuando necesita defecar Y al terminar con sus patas esconde su estiércol bajo la arena Su necesidad ha sido momentáneamente solucionada Pero en breve invadirá a todo el ambiente con un olor fétido Y visualmente se convertirá en un elemento inarmónico Esto no es para hablar contra los gatos, no señor Sino para llamarnos la atención hacia un problema que crece y crece en la sociedad Enmascarar algo no soluciona nada Mucho menos cuando lo hacemos para satisfacer a los demás Así que, a riesgo de parecerte un aburrido o llorica Hoy quiero declarar que estoy triste Y que voy a abrazar esa emoción Simplemente porque existe y es parte de mí Curiosamente, al hacer este ejercicio consciente La tristeza se ilumina, se convierte en sosiego En calma Y en este llamado que irrumpe y llena toda la habitación ¿Lo sientes? ¿Lo escuchas? ¿Su voz te hace vibrar? Este es el llamado Déjate recorrer por él Ven, caminemos juntos Recorramos el mundo, el universo a través de ti Digamos sí al llamado