C213 Jesús [NO] confío en ti 543z2

En mi vida de sacerdote me he encontrado con mucha gente que dice que confía en Dios, pero en realidad, a muy poquita que realmente confíe en Él.

Cada día me doy más cuenta de que es como una epidemia.

La mayoría de la gente realmente no se fía de Dios.

Si quieres saber si te fías o no te fías, sigue escuchando.

Muy buenos días, yo soy el Padre Joaquín y esto es Al Lío, un podcast para gente despierta que quiere crecer, en el que te hablo de temas de fe, espiritualidad y estilo de vida.

Bienvenido, bienvenida, estamos en familia.

Hay una afirmación que siempre me ha dado un poco de miedo.

Es aquella que dice que la fe es ciega, por la cual cuando tú crees, crees pues porque crees.

Alguien te lo dijo y tú tienes que tirar hacia adelante.

Y de hecho, cuando a lo mejor tienes alguna cuestión en la cabeza, alguna duda y tal, dices, mira, prefiero no pensarlo porque es que si entro por aquí me da mucho miedo, no vaya a ser que deje de creer.

Porque claro, si me meto en este embrollo, en el fondo hay como una sospecha.

O estar pensando, uy, y como esto no tenga solución...

De todas formas, te voy a decir una cosa, eso de que la fe es ciega es mentira.

Es mentira.

La fe se construye sobre unas convicciones que se acaban convirtiendo tarde o temprano verdaderamente imprescindibles.

Convicciones, es decir, algo que se asienta en tu corazón y en tu mente, de lo que nadie te puede convencer, en lo contrario, porque lo has experimentado.

Sin estas convicciones se puede creer, o sea, tampoco te creas que no.

Pero eso sí, vives a base de miedo.

Te voy a poner varios ejemplos para que entiendas un poquito hacia dónde quiero tirar.

No te ha ocurrido nunca, si no a ti, pues a alguna persona a la que has conocido, que en el fondo está esperando a que algo malo ocurra porque, mira, ya demasiadas cosas buenas me han pasado.

¿En qué momento me tiene que la vida, Dios o lo que sea, me tiene que dar un palo? O gente que tiene miedo a la voluntad de Dios.

O sea, en el fondo temes que Dios pueda pedirte algo que va contra tu voluntad y que a lo mejor ni siquiera te va a hacer bien.

Temer a la voluntad de Dios no es solamente temer a que te pida ser cura.

Temer a la voluntad de Dios es que a lo mejor, pues de repente hay gente que cree que a lo mejor Dios te puede pedir de repente que se muera alguien cercano a ti.

O vivir guardándote siempre un plan B.

Siempre, no vaya a ser que pueda ocurrir algo, que Dios me falle.

En el fondo nunca acabas de entregarte o esa expresión mítica.

Ya solo nos queda rezar.

O sea, se ha puesto esto tan complicado que solo nos queda rezar.

Dios es el último salvavidas.

Cuando ya hemos agotado todos los recursos, ya sí podemos acudir a Dios.

Siento que con esto de la confianza nos tenemos que poner un poco las pilas.

Hay un texto del profeta Jeremías, en el capítulo 17, versículo 5 y siguiente, que dice Maldito quien confía en el hombre y busca el apoyo de las criaturas, apartando su corazón del Señor.

Será como cardo en la estepa que nunca recibe la lluvia.

Habitará en un árido desierto, tierra salobre e inhóspita.

Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza.

Será un árbol plantado junto al agua que alarga a la corriente sus raíces.

No teme la llegada del estío, su follaje siempre está verde.

En año de sequía no se inquieta ni dejará por eso de dar fruto.

Me ha parecido preciosísimo este texto.

¿Por qué dice Maldito quien confía en el Señor y busca el apoyo de las criaturas?