27/03/2025 La Vida es Hoy - Relaciones Sanas 5u455

Bienvenidos a La Vida Soy, un espacio para reflexionar, compartir y aprender a vivir con más conciencia y bienestar. Soy Ana Moreno.

Yo soy Estela Millán y hoy tenemos un tema que nos toca a todos de cerca. ¿Cómo construir relaciones sanas y auténticas desde la visión de la inteligencia emocional? Este tema es maravilloso. Nos remueve de arriba a abajo. Relaciones, relaciones de pareja, relación con la familia, una relación de amistad, en el trabajo. Todo esto es una parte fundamental de nuestra vida y podemos encontrarnos dificultades en todo momento.

Pero Estela, ¿cómo podemos cultivar de manera saludable respetando a los demás y al mismo tiempo siendo auténticos? Bueno, pues ahí Ana es donde entra en juego la inteligencia emocional, que al final no deja de ser una habilidad esencial para comprendernos a nosotros mismos y conectar mucho mejor con los demás. Yo creo que podemos reconocer que a veces somos un poquito torpes a la hora de relacionarnos desde el mundo emocional si no lo comprendemos bien. Pero para ello, pues ahí hoy vamos a hablar de algunas técnicas que nos pueden servir para mejorar nuestras relaciones.

Qué importante y qué bueno recordarlo, porque ¿dónde está el espacio entre tú y yo y cuál es el espacio para nosotros? Quédate con nosotras porque hoy queremos darte herramientas prácticas y reflexionar sobre cómo construir esos vínculos sanos.

Bueno, Ana, ¿qué te parece si empezamos por lo básico? ¿Qué entendemos por inteligencia emocional? Bueno, pues aquí tenemos que hablar de Daniel Goleman, que es el fundador, el que creó esto de la inteligencia emocional. Y además recuerdo haber leído, cuando lees un poquito en su historia, que él se cuestionó también lo que es la inteligencia en general y se dio cuenta de cómo al final en las emociones estaba la clave para poder resolver nuestros conflictos con nosotros mismos y con los demás. Entonces él propuso el que empezáramos a desarrollar la capacidad de darnos cuenta qué sentimos, comprender lo que estamos sintiendo y todavía más lejos, ser capaces de gestionar nuestras emociones y también poder comprender las de los demás.

Se me ocurría como un ejemplo, ¿no? Imagínate en el trabajo, voy a poner un ejemplo del trabajo cuando puedes estar en una reunión y de repente alguien presenta algo que no te gusta nada. Es una idea que a ti te parece fatal. Normalmente, si no sabemos gestionar nuestras emociones, podría ser que reaccionaras de inmediato expresando lo que estás sintiendo.

El trabajo aquí es pararse, como hacemos un poco con el Mindfulness, respirar y observar lo que estás sintiendo. Dejar que los demás hablen y expresen y ser capaz de poder dar tu punto de vista sin expresar violencia o malestar. A veces puede ser un poco difícil, pero el llegar a ese punto es la clave también de trabajarse desde el adulto consciente y no desde la parte reactiva del adolescente que funciona a través de los impulsos, ¿no crees, Estela? Pues sí, Ana. Es decir, no solo se trata de saber cómo me siento, sino también de cómo uso toda esa información para relacionarme de una manera más consciente y compasiva.

Al final, las relaciones acaban siendo un poco tóxicas porque muchas veces no decimos las cosas de una manera adecuada. No controlamos esos impulsos o no controlamos el cómo decimos cómo me siento, ¿no? No es lo mismo decírtelo con un tono alterado que decirte de corazón cómo me siento.

Y en las relaciones sanas lo que realmente funciona es la escucha activa, un espacio en el que entre tú y yo soy capaz de escuchar lo que me estás contando y pararme a poder relatar también lo que me dices para ver si lo he comprendido. Porque una cosa es lo que tú me estás contando y otra cosa es lo que yo interpreto y en el momento en el que estoy. Por eso cuando hablamos de escucha activa tenemos que ir un poquito más allá.

Poder estar atento a lo que exactamente el otro me está diciendo, comprenderlo e incluso poder relatarlo, ¿no? Para ver si lo estoy entendiendo bien.

Aquí hay una técnica que a mí me gusta muchísimo, me gustaría destacarla, que es la autorregulación emocional. Porque esto sí que implica que seamos conscientes de nuestras emociones en el momento presente y gestionarlas de manera adecuada. Por ejemplo, si nos enfadamos, pues en lugar de reaccionar impulsivamente podemos aplicar lo que acabas de decir de mindfulness, de esa pausa consciente, que al final venimos hablando varias semanas de utilizar la respiración consciente para sobre todo el detener un instante esa impulsividad.

Esa respiración profunda que podemos hacer durante unos segundos.