Voces de Metrópolis T2E17 Obras religiosas tentadas por la blasfemia 4g1i6h

Llevo un ixtis colgado del cuello y sin embargo me considero de algún modo cristiano y agnóstico.

Me criaron como cristiano rezándole un dios que no terminaba de comprender pero que al fin y al cabo era el dios de mis padres y mis padres eran y son buenas personas por tanto lo acepté sin rechistar. Pero crecí, crecí y como todo aquel que crece en cuerpo y mente comencé a cuestionármelo todo y en especial me cuestionaba las palabras de aquellos que decían conocer la verdad absoluta, fueran de la religión o de la filosofía que fueran. Así que pensé y pensé y busqué sin descanso durante muchos años quién o qué era en realidad dios y en esa búsqueda incesante creo que por fin lo he encontrado, he hallado a dios o mejor dicho he encontrado a mi propio dios, ese al que encomendarme cuando llegue la hora.

No sé cómo se llama ni qué forma tiene ni qué es lo que quiere de mí porque en el fondo no creo que la mente humana esté preparada para entender a alguien o algo así. Así que si me preguntáis en qué creo os respondería que en todo aquello que te hace ser mejor persona y creo en aquellos que lo son sin esperar a cambio la vida eterna. Creo en el amor cuando no entiende de finanzas y en los corazones cuando no distinguen colores. Creo en las banderas que unen, que acercan a los hermanos con hermanos y desecho todas aquellas que levantan fronteras.

Y creo en todo aquello que no te arrastre al rebaño de los pobres de espíritu, ese en el que te dan vía libre a otros para que piense por ellos. Creo en la vida, en la paz, en la intelectualidad sin imposiciones. Creo en la palabra cuando es verdadera y tiende puentes y creo en todo aquello que te haga ser manso de espíritu pero ardiente de corazón. Creo como modo de vida en las palabras de Jesús sobre todo cuando nos habla de amarnos los unos a los otros pero también estoy de acuerdo con las de Mahoma cuando nos dice que las bendiciones y la paz deben ser los únicos mensajeros de Allah.

Así que en definitiva creo en lo que te lleve a crecer como persona, amar, a sentir, a vivir y creo en aquello que te convenza de que por encima de todo debes creer en ti mismo. Comienza Voces de Metrópolis.

17º programa de esta segunda temporada ya con las marchas de Semana Santa resonando en nuestras calles y con el olor a incienso colándose en nuestros hogares o quién sabe a lo mejor en casa de alguno huele a azufre. ¡Huele a azufre todavía! Pero en fin, todos sois bienvenidos igualmente a Voces de Metrópolis. Y como siempre paso a presentaros a los contertulios que nos acompañarán esta noche.

El primero de ellos, hoy ataviado con una túnica de color butano, con un jamapala de cuentas de madera colgando del pescueso y con seis puntitos que se ha dibujado en la frente con un rotulador carioca al más puro estilo grillin desde Gandía y Loreto para el mundo Leonardo Jiménez, mi experiencia como escritor. Muy buenas Leonardo. Buenas amigo, ¿cómo estás? ¿Qué pasa? ¿Cómo van esos puntitos? Te están haciendo roncha, ¿no? Nada, ya me he quitado dos, rascándome, pero todavía me quedan cuatro más, representan las bolas de Dragón de Loreto y nada, pues ahí llega el día.

A ver si consiguiendo las dos, el deseo me toca.

Y que va a pedir un viaje a Turquía para ponerte pelo, ¿no? Bueno, yo que creo que con pelo, yo te voy a decir una cosa, he estado reflexionando estos días y me he estado fijando en las cabelleras de la gente por la calle.

Y he pensado, digo, yo ese pelo no me gustaría tener, ni ese tampoco. Digo, soy mejor calvo, tío.

Exacto, ¿no?