UN CURSO DE MILAGROS - 14. III (2) - La decisión en favor de la inocencia (4 a 9 de 19) 65q2v

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Bien, pues vamos a dar comienzo a una nueva sesión de lectura explicada de un curso de milagros.

Esta vez estamos con el capítulo 14, las enseñanzas en favor de la verdad.

Y vamos a continuar con el epígrafe 3, la decisión en favor de la inocencia.

Este comentábamos que era un epígrafe muy paradigmático de un curso de milagros.

Es un epígrafe largo y, bueno, pues la pasada sesión dedicamos la sesión entera a los tres primeros puntos.

Antes de continuar con el cuarto, pues vamos a hacer un pequeño resumen y, bueno, lo que nos indicaba Jesús es que la culpabilidad, pues lo primero que tenemos que hacer es identificarla, saber que mientras incurramos en procesos de culpa, culpa propia o culpa proyectada sobre los demás, no podremos ser un alumno feliz, que una de las condiciones del aprendizaje es ser un alumno feliz.

Tenemos que darnos cuenta de que estamos pendulando, aquí hay una aplicación muy interesante del principio de polaridad, estamos pendulando entre la culpabilidad y la inocencia, en esa manifestación dual, en nuestra mentalidad de las consecuencias de la creencia en el mal, creencia en el mal de la cual no podemos sustraernos, no nos sentimos culpables y parece que la inocencia es como una especie de premio de compensación de vez en cuando, cuando no soportamos más la culpa.

Y, bueno, lógicamente pues tenemos que darnos cuenta de cómo opera la culpabilidad en nuestra mentalidad y, por lo tanto, nuestra experiencia de vida y tras identificarla, pues empezar a entender que nosotros, en realidad, lo que nos corresponde por naturaleza es comenzar a manifestar una superación de esa dualidad, es decir, comenzar a manifestar nuestra inocencia, dice Jesús, dar testimonio de nuestra inocencia.

Esto significa, pues, lógicamente, una vez que eres consciente de que tu creencia en el mal te produce ese sentimiento de culpa y que la proyectas sobre los demás y les haces culpables a los demás y les haces ver a los demás que son culpables, todo este juego enredado que estuvimos explicando con muchísimo detalle y muy técnicamente la pasada sesión, cómo se producía, pues, lógicamente, todo este epígrafe es para que empecemos a considerar muy cuidadosamente esta cuestión de la culpabilidad y a revertir su causa y a revertir sus sus efectos, su manifestación.

Pues bien, el capítulo, el número cuatro, el punto número cuatro, que es en el que nos quedamos, continúa así, dice cada día cada hora y cada minuto e incluso cada segundo estás decidiendo entre la crucifixión y la resurrección, entre el ego y el Espíritu Santo, entre la culpa y la inocencia.

¿Por qué insiste Jesús en que estamos constantemente decidiendo entre, también podríamos decir, la ilusión y la verdad, con tales lapsos de tiempo, porque inconscientemente nosotros estamos tomando constantemente decisiones que implican aplicar en nuestra mentalidad la creencia en el mal y, por lo tanto, vernos a nosotros como malos, ver el mundo como malo, por lo tanto, sentirnos culpables, por lo tanto, proyectar la culpa y ver el exterior malo y culpable, ¿o no? Y esto en una dinámica de vida como la vida humana, en la cual, bueno, pues, las dificultades del escenario y la apariencia de tener que estar sobreviviendo constantemente te hacen concentrarte simplemente en esa idea y se forma todo ese todo ese bucle, todo ese laberinto de miedo, de culpa, de creencia en el mal, actuando en nuestro día a día, entonces nos hacemos completamente inconscientes de que esto está constantemente operando en nosotros y lo que Jesús nos ha dicho.