TU ESPACIO CONSCIENTE y222y

Sentimos el espacio que nos cobija, la energía del sol que entra, que nos bendice, las paredes que nos acompañan y los objetos que conviven con nosotros, con nosotras.

Tocamos con nuestras manos etéricas el espacio, techo, paredes, suelo.

Tocamos como un pulpo, podemos tocar mil cosas a la vez y sentimos que está vivo, completamente vivo, aunque nos parezca duro, artificial, inorgánico, cualquier objeto, el edificio en sí es un ser que nosotros vivimos dentro de él.

Con nuestras manos de luz, este espacio, todo el espacio, al acariciarlo podemos sentir su pulso y sentimos la enorme hermandad, la unión entre el espacio y tú.

No hay tanta diferencia, es un ser que también evoluciona, la casa es una hermana, convives con esta hermana y la cuidas y la alimentas.

Esta hermana, la casa, tanto si es tuya como si estás de visita, tiene un eje de luz, tiene unas raíces, está conectada a la gran divinidad femenina y tiene como una gran antena que conecta esta casa con el cosmos.

Hoy aquí, en este centro, podemos ver también, con nuestros ojos etéricos, que este lugar, junto con su exterior, su jardín, tiene como una cúpula de luz, como un gran paraguas.

Es una energía, no solamente regeneradora y protectora, también es nutridora, esa cúpula alimenta.