
Descripción de Tambaleandose 2r6q6p
Tambaleándose. Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad; 211k2e
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Ojalá que todos estemos preparados para ese momento.
Vamos a iniciar con una palabra que dice TAM-BA-LE-ANDO-SE.
Colosenses 1, versículos 9 y 10 dice, por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cansamos de orar por vosotros y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios.
Una de las más extrañas oraciones que he oído fue una que oí ofrecer solemne y fervientemente por un minero en Lancashire.
En una maravillosa reunión de oración, dijo que en su inimitable vocabulario regional dijo, sabemos que hay dos clases de cristianos, los de pies de pato y los de pies de gallina.
Señor, hazme un cristiano con pies de gallina, pues esa petición parecía ridícula, pero fue ofrecida con tanta seriedad que nadie se atrevió a reír.
Se había dado cuenta que el andar tambaleando del pato, perdón, se había dado cuenta que el andar tambaleante del pato, cuando trataba de andar y luego a un lado y luego al otro, mientras que la gallina se movía de manera espléndida y bien derecho.
Hemos de confesar que la enfermedad del tambaleo es en nuestros días demasiado frecuente.
¿Será cierto eso? ¿Estaremos todos tambaleando? ¿La mayoría estaremos un rato con el Señor y en otro rato con el mundo? ¿Será eso posible? ¿O todos estamos tratando de hacer lo que Dios quiere? Las dudas acerca de nuestra posición en Cristo llevarán a una experiencia de altibajos.
Nuestro privilegio es saber que somos salvos, perdonados, purificados, justificados y felizmente de camino al cielo.
Primera de Juan, capítulo 1, de los versículos 1 al 4, dice lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos contemplado y palparon nuestras manos durante el Verbo de Vida.
Porque la vida fue manifestada y la hemos visto y testificamos y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre y se nos manifestó.
Lo que hemos visto y oído, eso anunciamos para que también vosotros tengáis comunión con nosotros y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre y su Hijo Jesucristo.
La ignorancia
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