
Descripción de La Subasta, parte 1 1p1xc
Comenzamos esta nueva campaña de La Llamada de Cthulhu, con estos cinco personajes invitados a Viena, Austria en el año 1925. La conocida Casa Ausperg prepara una subasta exclusiva de parafernalia ocultista y cada uno de ellos tiene un motivo para estar allí. Jesús es el DM Elena es Helen Flynn Ferlord es Richard Aranbarri Diana es Magdalena Devereux Manu es Jack Delaney Juanjo es Harold "Susurros" Thompson 6l501g
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Es miércoles, 15 de abril de 1925 en Viena, Austria.
Obsérvese justo, 100 años antes.
Las agujas de los relojes marcaban la llegada de la primavera en Viena, pero el frío aún persistía en las primeras horas del día, como si el invierno se resistiera a ceder su reinado.
La capital austriaca seguía siendo un lugar de contrastes, donde el esplendor del imperio caído aún se reflejaba en sus majestuosos edificios.
Aunque la guerra y la crisis económica hubieran dejado cicatrices visibles en sus calles y en el ánimo de sus habitantes.
Europa, en 1925, estaba en una tregua inquieta.
La gran guerra había terminado hacía menos de una década, pero sus ecos aún resonaban en la memoria de los supervivientes.
Austria, antaño el corazón de un imperio, ahora era una república reducida, luchando por mantener su identidad en un continente que se reconfiguraba constantemente.
En los cafés, artistas, filósofos y escritores discutían sobre el futuro de la civilización, mientras los mercados negros florecían en las sombras de la desesperación económica.
En este ambiente de decadencia y elegancia, de tradiciones tambaleantes y modernidad incipiente, cinco viajeros llegaban a la ciudad, cada uno con su propio propósito, aunque todos serían arrastrados a un mismo destino.
Viena, en esta primavera de 1925, era un crisol de arte y de sombras.
En las calles, la música de Strauss aún resonaba en los cafés, pero bajo la superficie, los secretos se ocultaban en sus callejones y salones privados.
La subasta de la casa Ausperg traía a coleccionistas de todo el mundo, pero también a aquellos que buscaban algo más que antigüedades.
Austria resultó gravemente dañada en su economía al finalizar la Gran Guerra, que trajo como consecuencia el fraccionamiento del imperio austrohúngaro en varios estados, lo cual redujo a la nación a la pobreza y fomentó un aumento descomunal del desempleo.
Austria no empezó a recuperarse hasta mediados de los años 30 y mientras tanto la población hizo lo que pudo para sobrevivir.
Floreció el mercado negro, los políticos se compraban y se vendían, era normal el soborno de policías y funcionarios.
Estos años de vacas flacas afectaron también a la nobleza europea, que siempre se había creído por encima de tales penalidades.
Se confiscaron los bienes de muchos nobles por impago de deudas y otros muchos tuvieron que vender mansiones y colecciones de arte y antigüedades para evitar la bancarrota.
Como quiera que los únicos que cobraban su sueldo a diario eran los obreros, se decía que ellos y los turistas eran los únicos que podían ir en tranvía.
Así que las casas de subastas privadas se convirtieron en negocios útiles e importantes al vender a los ricos de otros países las propiedades de los austríacos más desafortunados.
Tras esta llegada que tenéis cada uno a Viena después de que os hayáis leído ese pequeño trasfondo, lo primero que hacéis es llegar y alojaros en el lugar que cada uno tenéis y también acudir al registro en la casa Usberg para decir que habéis llegado a Viena y que puede comenzar el preparativo.
Hace dos meses que llegó la invitación que tenéis, o sea que ha habido tiempo de sobra de acudir desde cualquier parte del mundo prácticamente.
Y el caso es que en el mismo día que llegáis acudís a la casa Usberg para verificar la invitación, verificar que seáis una persona invitada o un socio enviado de la persona invitada, que también es posible.
Y allí en esa casa...
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