Señales que despiertan la mediumnidad, por Juan Miguel Fernández 5a561n

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La docina de los espíritus, del espiritismo, está basada en tres aspectos muy diferenciados entre sí. El aspecto científico, el aspecto filosófico y el aspecto ético-moral. Y es científico porque estudia a la luz de la razón y dentro de los criterios científicos los fenómenos mediúnicos que son provocados por los espíritus y que no pasan de ser hechos naturales. Todos tienen aún los más extraños de explicación científica.

El filosófico porque a partir de los fenómenos espíritas ofrece una interpretación de la vida respondiendo a cuestiones, por ejemplo, de dónde venimos, qué hacemos en el mundo, para qué estamos aquí y luego qué es lo que nos espera al otro lado de la vida. Así que toda doctrina que da una interpretación de la vida, una concepción propia del mundo, es una filosofía.

Y es ético-moral porque tiene por finalidad la transformación moral del hombre volviendo a las enseñanzas del Maestro Jesús en el Evangelio. Hoy hablaremos del aspecto científico de la mediunidad que el espiritismo esclarece y que el espiritismo ordena. Comencemos por decir que todos, todos cuantos estamos aquí, somos mediuns en mayor o menor grado. Depende de nuestra sensibilidad. Vamos a hacer un recorrido a lo largo de la tarde viendo las señales que despiertan la mediunidad y son la función de la mediunidad, la mediunidad espontánea, la función del dolor, el compromiso y el trabajo, el mejor medio y las señales y el desarrollo.

Comencemos por la función de la mediunidad. La mediunidad, en la gran mayoría de los casos, es un compromiso que el espíritu asumió antes de reencarnar, motivado por el deseo de acelerar su progreso espiritual y puede surgir como expiación, como prueba o aún como una especie de recuerdo para que el mediun, en la encarnación planificada, mantenga la conciencia de su condición de espíritu eterno.

Como expiación es una oportunidad que el mediun recibe para rescatar sus deudas originadas en el pasado de ruidosas caídas morales y en este caso, curiosamente, por lo general, la mediunidad es bastante tormentosa, con manifestaciones de problemas obsesivos, de persecución de espíritus poco evolucionados, espíritus perturbados, ofuscados, con los cuales el mediun mantiene vínculos por engaños cometidos anteriormente y que buscan aprovecharse de ese canal abierto por motivos de venganza o para satisfacción de sus pasiones y deseos indignos. Muchos son los llamados, como bien sabemos, obsesores.

Se somete a la mediunidad como prueba el espíritu que desea sufrir los peligros y las tentaciones que ella favorece, demostrándose a sí mismo que tiene condiciones de superarlo todo, utilizando la oportunidad para la práctica del bien que favorecerá a su propio adelantamiento espiritual. En situaciones poco frecuentes, la mediunidad puede asumir el carácter de misión, en el caso de espíritus más evolucionados que reencarnan con el propósito de auxiliar al progreso de la humanidad a través de esa facultad que con ellos alcanza la sublimidad. Los síntomas que anuncian el surgimiento de la mediunidad son muchos y varían en cada persona, por eso en esta tarde no tenemos la pretensión de agotar el tema.

Vamos a mencionar algunos síntomas y los que han pasado ya por el proceso del desarrollo de la mediunidad ciertamente se van a acordar de otros. La facultad mediúnica se manifiesta en el hombre independientemente de sus creencias o de sus convicciones, de sus posibilidades, de inteligencia o de su nivel cultural. Afirma Allan Kardec, y podemos comprobarlo por esa propia experiencia, que la mediunidad la encontramos en niños...