El apasionante camino entre Nacer y Morir, con Ame Ruiz 6ls6y

Mindalia.com, somos la comunidad de la nueva conciencia. Comunidad de Mindalia Televisión, bienvenidos nuevamente a un espacio más de espiritualidad en el canal, mi nombre es Fairuz y tengo el placer enorme de compartir otro ratito con Amir Ruiz y en esta oportunidad nos va a hablar sobre el apasionante camino entre nacer y morir. Vamos a estar conversando todo esto desde el punto de la filosofía pitagórica, así que me hace mucha ilusión el tema. Voy a traer a Amir para que hagamos, para que demos inicio a esta conversación. Amir, qué gusto estar otra vez contigo, bienvenida. Hola, muchísimo gusto, hola y hola a todos. Esperemos que tengamos unos minutitos que les sirva y les llegue al corazón, Dios quiera, Dios quiera. Bueno, vamos a empezar porque nos cuentes un poco, porque el título me ha encantado y dices el apasionante camino entre nacer y morir.

Vamos a hablar sobre este proceso, ¿sí? ¿Cuál es? ¿Qué ocurre también a nivel de ADN, por ejemplo? Te quiero dar el espacio para que demos inicio a la charla. Este bueno, este Fairuz y todos, hermanitos queridos, este apasionante camino entre el nacer y el morir se debe para la filosofía pitagórica que no tendríamos que morirnos igual que nacemos, o sea que el único objetivo para el cual encarnamos es para que cambiemos nuestro ADN en lo que tenemos de defectos, en lo que hemos heredado en la genética de defectos, o sea que exactamente al revés de, sobre todo religiones, que por ahí tratan el defecto como pecado, como algo horrible, para Pitágoras es importantísimo observar cuáles son nuestros defectos. Primero, observarlos con objetividad, o sea sin hacer un escándalo y sin interpretarlos, son lo que son, la verdad.

Luego, el darnos cuenta con esos defectos, ¿qué defectos atrajimos de nuestros papás, de nuestros hermanos, de nuestro país, de nuestra cultura, de nuestra comunidad más pequeña? Entonces, al darnos cuenta a través de la observación, aceptar que eso es así, aceptar que existe ley de atracción, que nadie tiene la culpa de nada, ni siquiera yo misma por tener esos defectos, son solamente ausencia de virtudes, y cuál es el propósito de encarnar en una escuela de aprendizaje espiritual es justamente aprender esas virtudes. Entonces, tengo que observar qué defectos he traído, tengo que aceptar que a través de esos he atraído defectos del papá, de la mamá, del medio ambiente cultural, social, religioso, etcétera, y aceptar significa hacerlo con paz y con alegría, porque la aceptación es una virtud. No diciendo, no puede ser el carácter que tengo, ¡ay qué terrible, ya me aburrí de enojarme, ya estoy muy enojada con mis miedos, ya no sé qué hacer con las permanentes angustias o tristezas! Sino darme cuenta, está en el ADN, está en mi genética.

Cuando era alma elegí heredarlos para esta encarnación. ¿Para qué? Para transformarlos en virtudes. ¿Y qué son los defectos? Solamente carencia de virtud, no son cosas horribles, son solamente carencia de virtud. ¿Y justamente para qué encarno? Sino exclusivamente para cambiar los defectos en virtudes. Con ello vuelvo a nacer. Eso que pedía el Cristo, que decían maestro, maestro, ¿qué hay que hacer para seguir? Nacer de nuevo, decía, del fuego del propio espíritu y ya no de carne. Entonces eso, ¿qué es lo que provoca que uno pueda volver a nacer? El pedido de las virtudes. Por eso para Pitágoras esas energías de sexta dimensión son columna vertebral de su filosofía. ¿Cómo hacer para pedirla? ¿Cómo acordarme que dentro de mi cabeza, aunque tenga pensamientos muy hermosos, sabios, no me sirven para cambiar el ADN? Se necesita una energía poderosa que venga de una dimensión superior a mí.