Reflexiones en torno al Triduo Pascual - 1ª Parte 38703a

Muy buenos días para todos, bienvenidos a esta Vuestra Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús.

Como es costumbre ya entre nosotros, durante el Tríduo Pascual ofrecemos a esta hora, al mediodía, unas reflexiones sobre los misterios que celebraremos en la liturgia.

Esta noche la Misa de la Cena del Señor, mañana la celebración de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor y el sábado la Vigilia Pascual en la que cantaremos el Triunfo de la Vida.

En estas reflexiones, que son para ahondar un poco en lo que celebramos y de manera que el corazón se vaya esponjando más en el misterio maravilloso que nos ofrece la Iglesia, pues en este año para estas reflexiones nos acompañará un conocido por todos vosotros, un miembro de nuestra comunidad, el Padre Ildefonso Camacho, que nos ayudará precisamente a abrir el corazón para que esta tarde lo que celebremos lo sintamos con más honduras si cabe.

Pues bienvenidas y bienvenidos y muchas gracias por acoger esta nuestra invitación.

Muy bien, pues buenos días a todos los que nos hemos reunido esta mañana con la intención de hacer un tiempo de parada y de reflexión.

Cuando a mí me ofrecieron el encargarme estos tres días de este rato de reflexión, pues enseguida lo conecté con una preocupación que yo siempre tiene, que quizás es una preocupación demasiado personal, pero quiero compartirla con vosotros porque es lo que va a dar el sentido a lo que yo he pensado para estos tres días.

Y es la sensación que yo tengo de que en la Iglesia, pues quizás falta mayor conocimiento de la Biblia y concretamente de los Evangelios.

Nos ocupamos muchas veces, nos preocupamos, discutimos, hablamos de otras muchas cosas que tienen que ver con la vida cristiana, con la vida de la Iglesia, pero yo creo que muchas veces nos falta una mayor profundización en lo que son los Evangelios y lo que es en general la Biblia, porque no es solamente falta de conocimiento, creo yo.

Yo creo que, permitidme que lo diga con esta expresión, a veces tenemos un conocimiento como distorsionado.

Me explico lo que quiero decir.

En primer lugar, nosotros el a los Evangelios que tenemos muchas veces es un fragmentario, que es que vamos oyendo los domingos en la misa, pues trozos del Evangelio, pero nos falta el sentido del relato, lo que une unos pasajes.

Tenemos muchas escenas, las tenemos en la memoria probablemente, pero es una visión un poco fragmentaria, recordamos muchas escenas del Evangelio.

Por otra parte, a veces tenemos la impresión o la intención de leer los Evangelios como si fueran una crónica, que nos cuentan exactamente lo que pasó, y la verdad es que los evangelistas no tenían esa preocupación.

Ellos pretendían fundamentalmente ofrecer un mensaje.

Este es un tema que hay que tratar con una cierta delicadeza, porque a ellos no les preocupaba tanto, a nosotros nos preocupaba sobre todo, y eso fue verdad, eso ocurrió o no ocurrió.

Los evangelistas no tenían tanto esa preocupación.

Evidentemente, lo que decían tenía un fundamento histórico, pero no pretendían hacer una crónica exacta de todo lo que pasó.

Pretendían fundamentalmente ofrecernos un mensaje, y por eso seleccionaron, y por eso hay cuatro Evangelios, porque los cuatro evangelistas cada uno seleccionó de una manera distinta, ordenó de una manera distinta, subrayó de una manera distinta.

Muchas veces pretendemos hacer un relato concordista, cómo encajo yo todas estas piezas que me ofrece un Evangelio y otro Evangelio, cómo lo pongo yo todo de manera que tengan...