Reflexión de la Noche del 27 de Mayo del 2025. 732y61

Hola, que el señor te bendiga.

Buenas noches o que hayas tenido un día precioso.

Ahora nos disponemos a descansar en él.

Pero vamos a ver que aquí hay un conciertito.

Aquí escuchas protitos cantando y al otro lado el río.

Si tú te acuerdas en la mañana hablamos de la libertad y la prisión.

Pablo y Silas después de haber sido apaleados, molidos a palo, los meten presos.

Pero resulta que el carcelero que les cuidaba tenía el corazón preso.

Porque ellos golpeados, maltrechos, adoraban y adoraban al señor.

Terminaron ellos por darle la libertad a aquellos que estaban encadenados.

A ver, dice mal.

Terminaron ellos, los encadenados, por darle la libertad a aquel que tenía las llaves de la prisión.

Ahí quedó mejor.

¿Qué es seguir a Cristo realmente? Es vivir en libertad, pero es una libertad que no tiene que ver necesariamente o no siempre con lo que hay fuera.

Dice el señor que quien quiera ser su discípulo debe cargar con su cruz y seguirle.

Hay que tener tal libertad en la vida para asumir lo que venga y no solo mi cruz, sino ser un sireneo para los otros.

Cargar la cruz de los otros como lo hicieron estos presos de la lectura de hoy.

Ser capaces de llevar la libertad, tal libertad interior, que puede pasar lo que sea fuera de nosotros.

Y nos afectamos en cuanto que servimos, que trabajamos, que llevamos un mensaje liberador.

Pero uno cambia nuestro corazón, nuestra esencia, con que tenemos la capacidad en ciertos momentos de tomar un poco de distancia para saber qué es lo que hacer y cómo cargar la cruz de los otros.

Eso es libertad.

Y también dice el señor que quien ama más a su padre o a su madre, más que a él, no es digno de llamarse su discípulo.

Es decir, una libertad tal, eso solo lo dice alguien que es el sumo bien, alguien que es Dios, como Él mismo se declara.

Que solo Él puede llenar nuestro corazón, que todo lo que es creado, ya lo he dicho estos días, tiene fecha de caducidad, que todo se acaba solo Él, es el amor que nos acompaña en esta vida, en la muerte y en la eternidad.

Tal libertad que las afectaciones aún de los seres más amados puedan ser, no digo que no nos causen nada, no digo eso, pero que si tenemos el amor de Dios, podamos vivir en tal otro nivel de paz y de libertad que seguimos confiando, que seguimos confiando, que no nos desmoronamos.

Una libertad que nos lleva a ser sereneos, a cargar la cruz, la cruz nuestra de los problemas, de las situaciones que vienen en cada día.

Esto también pasará, el Señor está conmigo, Él es Dios, el Señor es el sumo bien, es el sumo poder.

Él sabrá hacer todo a su tiempo, pero también cargar las cruces de los otros, siendo sereneos de otros, llevando la paz y la libertad. ¿Qué es realmente la libertad? ¿Qué es realmente la prisión? Hay tantas prisiones que nosotros, gustosa y amablemente hemos residido en nuestra vida, que nos han quitado ese vuelo, ese brillo, que nos han llevado de ser águilas a ser pollos.

El Señor quiere venir con su amor, no, no se trata de no amar a los otros, no es lo que el Señor nos enseña, se trata del verdadero amor, porque hay veces que se confunde el amor con la libertad.

Hay veces que se confunde el amor con la dependencia, veces, muchas, muchísimas veces pasa eso.

Yo te amo y sin ti no puedo vivir, y ahí está mal dicho.

Ay, yo te amo y, sí, pero ¿por lo que recibes? ¿Por lo que recibes?