¿QUÉ IMPORTA LO QUE HAY EN MI CORAZÓN? n6p4x

Con él. Una producción creada pensando en ti, donde aprenderás cosas maravillosas que te ayudarán en tu diario a vivir y te guiarán a una vida feliz. Vivimos en una época donde se estimulan mucho las apariencias, se vive de apariencias y por lo regular le ponemos mucha atención al que dirán los demás qué opinión se llevarán de mí que a lo que en realidad yo soy. ¿Si ha preguntado usted si importa lo que realmente hay en el corazón o más importa lo que las personas ven, piensan y opinan de mí? ¿Por qué será que tenemos la tendencia a esconder la realidad que hay dentro de nosotros? A esconder quiénes somos y a buscar aparentar la vida que en realidad no somos pero la que pensamos que las personas quieren ver de nosotros.

Según dicen los estudios, nosotros tenemos tres caras. Aquella que queremos que las personas vean, aquella que las personas ven de nosotros y la que nosotros tenemos en realidad. ¿Nos hemos preguntado alguna vez de qué nos sirve vivir de apariencias? ¿Puede alguien tener una buena apariencia? ¿Parecer ser una buena persona pero en realidad ser alguien con un corazón contaminado? ¿Cómo sé si lo que hay dentro de mí es bueno? ¿Cómo sé si lo que hay dentro de mí es algo que agrada a Dios? ¿Cómo sé si lo que hay dentro de mí me va a llevar por un buen camino? ¿Nos hemos hecho esas preguntas? ¿O somos de aquellas personas que pasamos el tiempo tratando de agradar a los demás? Tratando de buscar ser como la sociedad quiere que seamos o nos empuja a ser. ¿Nos hemos preguntado si vale la pena seguir viviendo de apariencias? ¿Si estamos dispuestos a pagar el alto precio de estrés que conlleva vivir de apariencias? ¿Sabía que esto no es nada nuevo? En los días que Jesús estuvo aquí en la tierra, ya hace más de dos mil años atrás, se encuentra con un grupo de personas, un grupo de personas que para ellos la apariencia era lo que era su su gol, era lo más importante para su vida, era lo que ellos hacían para poder mantener frente a las demás personas una buena imagen. A tal punto que Jesús les llamó que parecían sepulcros blanqueados.

Sabemos que un sepulcro por dentro está podrido, apesta, corrompido. No importa cuán blanco esté por fuera, no importa cuán bello esté, cuán decorado, cuán lujoso sea. Llama la atención ver cómo muchas veces se gastan miles de dólares para mantener un sepulcro en una buena imagen.

Y no digo que esté mal, pero sabemos que adentro lo que hay es mortandad, lo que hay es podredumbre.

Y en esta ocasión Jesús se encontraba frente a un grupo de personas con ese tipo de pensamiento, pero en este caso ellos le daban un valor muy tremendo, a tal punto que para ellos era como un símbolo, como una señal de pureza, lavarse las manos. En otras palabras, si usted no se lavaba las manos antes de comer, entonces usted era una persona impura. Eso lo encontramos allí en Mateo capítulo 5, versos 17 al 19. Y Jesús le dice, no hay que lavarse las manos antes de comer.