Psicología y psicopatología de los influencers destructivos y otros vendehúmos 2d4e5l

Os doy la bienvenida a un nuevo programa del podcast el laberinto de las relaciones humanas. Soy el doctor Manuel Rodríguez Zawin, os hablo desde la escuela de vínculos y vamos a tratar un tema de mucha actualidad porque se refiere indirectamente a las redes sociales y trata sobre lo que es la psicología y la psicopatología de los influencers y otros, iba a decir vendehumos, que nos podemos encontrar en este ámbito.

Lo que voy a hablar primero son de las redes sociales, de los puntos positivos, de los puntos negativos y después nos meteremos ya más con la psicología del propio influencer, de la persona que quiere influir sobre otros y también de la psicopatología y de lo que podemos hacer para detectar estas fuentes de estrés que nos producen muchas veces el enfrentarnos a estos influencers dañinos, porque hay otros influencers que no son tan dañinos y veremos qué podemos hacer, cómo podemos prevenir todo esto.

Bueno, las redes sociales indudablemente constituyen un medio de propagación rápido de la influencia de las personas sobre otras. Estamos en una sociedad en la que hay una estimulación incesante, sin parar. No tenemos más que ir aquí en Madrid, por ejemplo, cuando vamos en el metro vemos toda la gente que está conectada al teléfono móvil día tras día, iba a decir yo reel tras reel, buscando de una manera casi como absortos en eso. Y a través de esas redes sociales lo que observamos es que hay mucha gente que busca una notoriedad de forma consciente o incluso inconsciente.

Las personas quieren ser salientes a parte de otros beneficios económicos y también, por qué no, de una difusión de proyectos empresariales o personales que puedan tener una ventaja sobre las personas. Y eso es lo que ocurre en las redes sociales, por tanto, tiene unos puntos positivos. Las redes sociales, por supuesto, cómo no, es la difusión de la información, es muy rápida. Se crean redes sociales y de conocimiento. Hay una gran cantidad de fuentes de información. Parece que la información es infinita, en el sentido de que nos da gran cantidad de información. Es una fuente de información en la que, si somos hábiles, podemos obtener muy buena información.

Podemos también comunicarnos a distancia, de forma que personas que están muy lejos de nosotros físicamente, podemos compartir ideas, podemos discutir posiciones, tenemos la posibilidad también de discriminar sobre ciertos temas, ciertos puntos de vista y así comparamos. Esos son puntos positivos y esto, si no hubiese internet y a través de las redes sociales, pues esto se hace muy fácilmente y, por lo tanto, pues es una vía, yo creo, que tiene ese aspecto positivo. Pero bueno, tiene unos puntos negativos que son necesarios señalar. Primeramente, la sobreinformación.

Hoy en día estamos en un mundo en la que hay demasiada información que nos atonta y hay mucha gente que tiene grandes problemas de atención, en la que no discrimina lo que es relevante, lo que es relevante. Hay muchas personas que están pasivas ante la información. Claro, hay gente que está simplemente pasando el teléfono móvil, el smartphone, viendo la información y hay gente que se hace adicta a esa información sin tener ningún tipo de actividad, digamos, dirigida hacia esa búsqueda selectiva de la información. Se afecta mucho a la atención, como estaba diciendo, porque es indudable que la gente no puede prestar atención a muchas cosas y hay despistes.

Hoy en día, esa especie de estar absortos hace que uno no perciba ciertas cosas obvias. No se selecciona, por lo tanto, lo relevante, no se diferencia de lo irrelevante y también tiene puntos negativos todas estas redes sociales porque son plataformas en las que la gente crea fantasías, sesgos hacia una positividad desmedida. Al final está uno creándose un mundo en paralelo prácticamente, como si uno pudiese llegar a una especie de mundo extraordinario, excelente, donde va a ser completamente feliz. Hay una gran presión de las redes sociales para derivar a otras personas, a otras opiniones. Entonces, ahí al final estamos viviendo guerras, guerras de opinión que son destructivas y hay, por lo tanto, unas tendencias a veces