La promesa 603 #audesc 61u6h

Radio Televisión Española presenta Gracias otra vez por hablar con don Lisandro para que no dijera su majestad nada sobre mi yerno.

¿Pero cómo conseguiste tranquilizarlo para que no fuera directo a comunicárselo al rey? Con muchísima mano izquierda, Alonso.

Nunca podré agradecerte lo suficiente de todo lo que haces por mi familia.

En eso tienes razón. Jamás podrás agradecérmelo.

Estaba recordando y creo que sí que nos conocemos.

No sabes lo que significa, pero yo soy duque y gentil hombre al servicio de su majestad.

No frecuentamos los mismos ambientes.

Pero con mi antiguo patrón, sí. El conde de Monteverde.

Volviendo del palacio, el marqués de Bomondo acabamos en una taberna.

Y por casualidad había unos paisanos que estaban jugando al póker.

Pero la noche se nos dio muy bien. Y en una mano fuerte.

Uno de los jugadores pagó con esa pulsera.

Así que tienes que estar tranquila. La he ganado limpiamente.

¿Limpiamente jugando a las cartas? Debían correrse buena juerga.

Esta iba gente como el duque.

Gente poderosa que quería sacar rédito de las influencias de los demás.

Quizás no deberías haber desafiado a Alessandro de esa forma.

Quien tiene que preocuparse es el duque, Catalina.

Tú y yo no hemos hecho nada malo.

Es peligroso.

Manuel me encargó que recogiera unas piezas en el herrero para sus motores.

¿Y me dejas merendando sola? Pero sí, fuiste tú misma la que me dijo que ayudara a tu primo con su negocio.

Y tú me dijiste que no te estaba gustando nada.

Sí, pero esto es simplemente echarle una mano con un recado un poco más.

¿Saldremos a que les dé el aire del campo? Pues si os esperáis un minuto me he cambiado de ropa y os acompaño.

Bueno, como quiera, pero no es necesario.

Es que Rómulo me va a acompañar.

Yo creo que a él le hace falta también un poco de aire fresco.

Esta mañana me puse en o con el cuartelillo porque quería saber cómo avanzaba la investigación.

Y escuché risas de fondo.

¿Cómo risas? Sí, y música. Como si estuviesen en medio de una juerga.

Lo primero que necesito es el número al que telefoneo esta mañana.

María, ¿no deberías leer la correspondencia ajena? Pues ya la he leído. Dijiste que no era nada.

¿Por qué? No es nada.

Esto es muy grave. Muy grave. Aquí pone amonestación.

En palabras bien gordas y por parte del obispo.

¿Qué va a pasar contigo? Trágico accidente aéreo. Le cuesta la vida a Esteban Monteclaro.

Doña Pía, aún no sé si es su hermano o su primo, pero Monteclaro no es un apellido común.

Pero Curro, ¿entonces quieres decir? Ha venido la promesa.

Para vengar la muerte de Esteban.

Pía quedaba perpleja. Ahora...

Atemos cabos, doña Pía.

Si Esteban es pariente de don Jacobo, él tendría motivos suficientes para estar resentido con Manuel.

Pero, Curro, solamente fue un accidente.

Quizá él lo ve de otra forma.

Ya, pero hay un derecho entre estar resentido y matar a un inocente.

Mire, doña Pía, la muerte de un ser querido puede trastornar a la mejor de las personas.

Yo mismo lo he vivido.

Puede ser, pero no se puede acusar a alguien de asesinato, porque eso son palabras mayores.

Lo sé, pero es que es lo que parece.

Que no, Curro, que es lo que no se puede señalar a nadie alegremente, y menos a alguien que se va a convertir en miembro de tu familia dentro de unos días.

Es que eso es lo peor, que se va a casar con Martina.

Bueno, mira, vamos a tirar del hilo, ¿de acuerdo? Vamos a ver si don Jacobo tiene algo que ver con Esteban, eso lo primero.

Eso es.

Había pensado en preguntarle a Manuel, no se me ocurre otra forma.

¿Y compartirle todas tus sospechas? No, sería mentarle el accidente de Esteban, a ver qué sabe él.

Curro, no sé, yo creo que estamos elucubrando demasiado.

Si don Jacobo fue el asesino de Jana, ¿por qué no se fue después de matarla? No lo sé.

No, pues no lo sé, ¿no? Porque resultaría arriesgado quedarse aquí.

¿Y si le ocurrió una cosa que no tenía pensada? ¿Se enamoró de Martina? En ese caso supongo que sí, que se habría quedado aquí, la promesa, sí.

Es más, cuando culparon directamente a Cruz del asesinato de mi hermana, él estaría tranquilo, porque ya nadie sospecharía de él.

¿Pero y por qué luego te atacó a ti entonces? No lo sé, no lo sé.

Bueno, Curro, igualmente vamos a ir paso a paso, ¿de acuerdo? Lo primero es investigar a don Jacobo.

Sí, eso es.

Ven a pillar, son...