La promesa 601 #audesc 444a3

RADIO TELEVISIÓN ESPAÑOL APRESENTA Pensé que era lo mejor.

Nuestros trabajos nos llevaban por caminos muy distintos.

Y no era justo que tú hicieras lo que supuestamente te hubiera tocado hacer si hubiéramos seguido juntos, si hubiéramos formado una familia.

¿Entonces nunca dejaste de quererme? No.

¿Le has dicho que Catalina y tú estáis casados? ¿Que esos niños son vuestros hijos y que tú eres quien eres? Le conté toda la verdad, doña Leocadia. No me dejé nada en el tintero.

¿Y cómo es que no ha bajado el propio duque tras enterarse de esto a llamarnos la atención? Pues quizás es una prueba de que ese señor no está aquí por casualidad.

Quizás el conde ha venido buscando carnaza para malmeter contra la familia Luján ante la Casa Real.

Yo creo que con lo que he podido comprar tenemos suficiente para poder empezar.

Al final una empresa debe adaptarse a los cambios tal y como vienen, ¿no, don Manuel? Lo que espero es que podamos soportar este.

Al menos podemos empezar a trabajar de una vez en serio.

Exacto, esa es la actitud.

Trini me ha dado una información muy valiosa sin ella saberlo.

López, ¿qué te dijo? Me ha dicho que Jacobo Monteclaro también estuvo en la joyería.

Podría haber ido para comprar las alianzas de la boda con Martina.

Pero ella misma me aclaró que aparte de comprar sus alianzas, compró otra cosa y no me quiso decir el qué.

Y ahora pienso que podríamos haber sido tan felices juntos.

Todavía estáis a tiempo, nunca es tarde.

Para mí ya es tarde.

No permita que el orgullo ni nada estropee la felicidad que ahora tiene junto a su esposo y a sus preciosos hijos.

Cuando don Manuel y él vinieron a contarme lo del sargento de la Guardia Civil que estaba llevando su caso, yo aproveché para disculparme con mi hijo por haber desconfiado de él.

Y está claro que él no necesita nada de mí, así que mejor dejar las cosas como están.

¿Cómo fue a la cárcel, madre? El conde de Ayala tuvo a bien mandarme un coche.

¿Por qué me haces esto? No tenías ningún derecho.

¿Ningún derecho? A visitar a mi propia hermana.

No lo entiendes.

Sois vosotros quienes no entendéis lo que es tan fácil entender.

Que yo ya no soy una marioneta a la que poder manipular.

Acaba de llegar el correo y hay carta para usted del obispado, padre.

Gracias.

Samuel cogía la carta y leía una amonestación.

María intentaba echar un ojo a la misiva.

Samuel se mostraba inquieto.

La iglesia que también tiene su burocracia.

Hemos decidido marcharnos de la promesa.

Yo no quiero perderte. Tampoco quiero perder a mis nietos.

El duque de Carvajal y Cifuentes ha descubierto a Adriano y a los niños.

Custodial tanto.

De hecho, ahora mismo Leocadia está dándole explicaciones al duque al respecto.

Espero que al menos esté siendo convincente y que ese hombre no vaya con el cuento a su majestad.

¿Cómo te las arreglas para decir siempre lo correcto? Es un don que me viene de familia.

Tan excepcional como tu tendencia a tener siempre la razón.

Desde luego la tuviste cuando me aseguraste que aquí no me aburriría.

No soporto a los Luján.

Y jamás habría aguantado tanto tiempo aquí de no habermelo pedido tú.

Lisandro reía con malicia.

Ahora...

Pero hay algo que no termino de entender.

¿Qué pretendes, Leocadia? ¿Qué es lo que quieres? ¿Ya lo sabes? Leocadia mira que no los escuchen.

Lo quiero absolutamente todo.

Él sonríe.

Lisandro, llevo muchos años en la sombra esperándome un momento.

Y ahora que ha llegado, te aseguro que no lo pienso desaprovechar.

No es bueno moverse por el rencor, Leocadia.

No, yo solamente pretendo hacer justicia.

Puede que, como dicen, la venganza es un plato que se sirve frío.

Pero te aseguro que sabe tan sabroso como si estuviese recién hecho.

Déjame disfrutar de este momento ahora que el destino se ha puesto de mi lado.

Te aseguro que yo no pretendía llegar tan lejos con Cruz.

Pero ya que las cosas vinieron bien dadas, sería absurdo desaprovecharlas.

Ha sido la propia Cruz la que ha acabado su fosa.

Ella solita se ha quitado de en medio.

El asesinato de la esposa de su hijo fue un crimen brutal y torpe.

Extremadamente torpe.

¿Y no tienes suficiente con verla entre rejas penando sus pecados? No. Ya te he dicho que lo quiero todo.

Me pienso quedar con el palacio de Cruz, con su fortuna e incluso con su familia.

Eres incorregible, Leocadia.

¿Y por qué habría de corregirme si al final las cosas siempre salen como yo quiero? Además, confiesa. Está como soy.

Tienes razón. La verdad que me decepcionaría que hubieras dejado de ser una víbora.

¿Y cómo piensas hacerlo para quedarte con todo? Con paciencia.